Asuán, ubicada a orillas del Nilo y rodeada de un paisaje desértico, transmite una calma diferente a la que había sentido en El Cairo. Su ritmo de vida es más pausado, la gente parece más amable y el ambiente se siente como un respiro dentro del caos egipcio.
Pero sin dudas, la joya de esta parte del viaje fue la visita al majestuoso templo de Abu Simbel. Hacer esos kilómetros hacia el sur, casi en la frontera con Sudán, valió totalmente la pena. Estar frente a las colosales estatuas de Ramsés II y entrar a sus salas decoradas con relieves milenarios fue una de las postales más impactantes que me traje de Egipto.
En este artículo quiero contarles cómo fue mi paso por Asuán y cómo fue llegar a Abu Simbel, uno de los templos más espectaculares del mundo.

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Llegada a Asuán desde El Cairo
Después de recorrer el caótico El Cairo y tras soportar un viaje de 12 horas en tren, llegamos finalmente a Asuán, en el sur de Egipto. La ciudad, base perfecta para visitar los templos de Abu Simbel y la Isla Philae, se siente desde el primer momento más tranquila y cálida.
Bañada por las aguas del Nilo y rodeada de paisajes desérticos, Asuán tiene un ritmo mucho más relajado. Apenas bajamos del tren, se percibe esa mezcla entre tranquilidad y vida cotidiana: mercados, felucas navegando lentamente por el río y la hospitalidad de la gente nubia que habita esta región.
Como ya mencioné, la mayoría de los viajeros llega a Asuán para conocer el majestuoso Templo de Ramsés II, más conocido como Abu Simbel, uno de los monumentos más impresionantes de todo Egipto. Pero además, la ciudad guarda otra joya muy cerca: el templo de Philae, ubicado en una isla en medio del Nilo, ideal para complementar la visita en Asuán.

Te puede interesar leer la guía para viajar por Egipto, ideal para planificar tu aventura.
Mis impresiones de Asuán
La ciudad de Asuán en sí misma no me pareció particularmente atractiva para recorrerla a fondo. Más allá de un agradable paseo a orillas del Nilo, donde se pueden disfrutar atardeceres espectaculares bebiendo algo, el resto de la ciudad no me terminó de enamorar. El ritmo es más relajado que en El Cairo, pero la suciedad y el caos, aunque en menor medida, siguen presentes.
Comparada con El Cairo, la diferencia es notoria desde el primer instante. Asuán es más apacible, con un clima más cálido y un aire mucho más disfrutable. Aquí el Nilo tiene un protagonismo especial: barcos y felucas cruzan constantemente sus aguas, mientras grandes cruceros turísticos esperan en el muelle para continuar su ruta hacia Luxor.
Asuán es uno de los puntos clave para los cruceros que recorren el Nilo entre esta ciudad y Luxor, un viaje de varios días muy popular entre los turistas que buscan combinar historia y paisaje de una manera mucho mas relajada.
En definitiva, la mayoría de los que llegamos hasta aquí no lo hacemos por la ciudad en sí, sino porque Asuán es la puerta de entrada a algunos de los templos más impactantes de todo Egipto, como son el Templo de Abu Simbel y el Templo de Philae.

Este artículo forma parte del itinerario de 2 semanas viajando por Egipto de manera independiente, y que a su vez pertenece al viaje que hicimos conociendo además Jordania e Israel.

Que hacer en Asuán
Aunque Asuán no sea la ciudad más atractiva de Egipto para caminarla de punta a punta, hay algunas experiencias locales que pueden valer la pena. Una de ellas es recorrer sus mercados nubios, llenos de especias, telas de colores y artesanías. Es un buen lugar para ver la vida cotidiana de la región y, si uno se anima, regatear algún recuerdo.
Otra actividad recomendable es dar un paseo en faluca, las tradicionales embarcaciones a vela que recorren el Nilo. Es una forma distinta de sentir la tranquilidad del río y desconectarse un poco del ruido de la ciudad.
También se pueden visitar las islas cercanas, como Elefantina, donde todavía viven comunidades nubias y se conservan ruinas de templos antiguos, o simplemente relajarse en algún café frente al Nilo y dejar pasar el tiempo.
En Asuán también podemos encontrar el famoso Obelisco Inacabado, un gigante de granito que nunca llegó a ser terminado. Con más de 40 metros y 1.200 toneladas de peso, nos muestra las técnicas de tallado y el ingenio de los antiguos egipcios, y permite imaginar lo monumental que habría sido si se hubiera finalizado.

Excursiones desde Asuán
La mayoría de los viajeros llegamos hasta Asuán con un objetivo claro: visitar algunos de los templos más espectaculares de todo Egipto.
Abu Simbel
El más famoso es, sin dudas, Abu Simbel, el impresionante complejo construido por Ramsés II en honor a los dioses y a su propia grandeza. Sus colosales estatuas talladas en la roca y el interior decorado con relieves hacen que sea uno de esos lugares que valen la pena viajar tan lejos.
Templo de Philae
Otro sitio imperdible es el Templo de Philae, dedicado a la diosa Isis. Lo especial de este templo es que está ubicado en una isla en medio del Nilo, lo que obliga a llegar en barco. El entorno, con el agua rodeando el santuario y el contraste con el desierto, lo convierte en uno de los lugares más pintorescos que se pueden visitar en el país.
Ambas excursiones son el verdadero motivo por el cual Asuán figura en la mayoría de itinerarios por Egipto. Y créanme, después de haberlas visto en persona, justifican por completo el largo viaje hasta el sur del país.
Templos de Edfu y Kom Ombo
Desde Asuán también es posible hacer excursiones a otros templos destacados del sur de Egipto, como Edfu y Kom Ombo.

- El Templo de Edfu está dedicado a Horus y es uno de los mejor conservados de todo Egipto, con relieves y jeroglíficos impresionantes que muestran la vida religiosa de la época faraónica.
- Kom Ombo, por su parte, es un templo doble dedicado a Sobek, el dios cocodrilo, y Haroeris, con detalles arquitectónicos únicos y la curiosidad de tener dos entradas y santuarios simétricos.
Ambas visitas se pueden hacer en barco o en excursión organizada desde Asuán, y resultan perfectas para completar un itinerario por el Nilo.
Cómo organizar la excursión a Abu Simbel
Visitar Abu Simbel requiere algo de planificación, ya que está a casi 280 km al sur de Asuán, cerca de la frontera con Sudán. La mayoría de las excursiones salen de madrugada (alrededor de las 4:00 am) para poder estar de regreso en Asuán al mediodía.
Las formas más comunes de llegar son:
- Excursión en bus/minibús: es la opción más habitual. Se contrata fácilmente en agencias locales o incluso en los hoteles. El trayecto dura unas 3 – 4 horas por ruta desértica.
- Vuelo desde Asuán: Egyptair ofrece vuelos diarios que conectan ambas ciudades en menos de una hora. Es más caro, pero también mucho más cómodo y rápido.
- Excursión privada: se puede contratar un coche con chofer, lo cual da más flexibilidad en horarios, aunque el precio es bastante más alto que un tour regular.
- Transporte público: hay una opción para llegar a Abu Simbel en transporte público, pero tiene mayor incertidumbre (la detallo mas abajo).
La principal diferencia entre contratar la excursión en un lugar u otro es básicamente el precio. Nosotros la reservamos directamente en nuestro hotel y pagamos en ese entonces unas 450 libras por persona, incluyendo el cruce en ferry y el desayuno del hotel.
Más tarde nos dimos cuenta de que otros turistas que viajaban con nosotros en la misma camioneta habían pagado 325 libras, y algunos incluso hasta 1000 libras. La actividad era idéntica para todos, pero claramente la negociación marcó la diferencia.

Al llegar al complejo, se dispone de unas 2 horas para recorrer los templos y luego regresar. Aunque el madrugón puede parecer pesado, la experiencia de ver Abu Simbel con tus propios ojos hace que todo el esfuerzo valga absolutamente la pena.
Tarifas para ingresar al Templo de Abu Simbel
El precio de la entrada en el año 2025 es de 822 libras por persona y 445.5 para estudiantes (solo lo aceptan si el carnet es impreso). Si desean ingresar con cámaras profesionales al recinto, es un extra (si es celular no hace falta). De todas maneras recomiendo confirmar el último valor desde el sitio oficial.
¿Se puede visitar Abu Simbel por tu cuenta?
Sí, se puede, aunque no es lo más común. La mayoría de los viajeros llega a Abu Simbel en tours organizados desde Asuán, que suelen salir muy temprano a la madrugada en caravanas de buses y minibuses. Esto hace que prácticamente todos los grupos lleguen al mismo tiempo y el complejo se llene de golpe.

Ir por tu cuenta implica un poco más de logística, pero también la posibilidad de disfrutar el lugar con más calma. Podés contratar un auto privado con chofer en Asuán (opción mucho mas cara), o incluso dormir en el pequeño pueblo de Abu Simbel, que está muy cerca de los templos.
Esta última opción es ideal si querés recorrerlos a primera hora de la mañana o quedarte hasta el cierre, cuando casi no hay turistas y la visita se vuelve mucho más íntima.
Ir en transporte público al pueblo Abu Simbel
Desde Asuán salen buses locales hacia el pueblo de Abu Simbel, que tardan unas 4 horas en recorrer los 280 km de desierto que separan ambos lugares. No son tan cómodos como un tour organizado ni tan frecuentes (suele haber uno o dos por día, temprano en la mañana y otro al mediodía), pero son la alternativa más económica.
Pero recomiendo averiguar mejor esta opción, ya que he leído en varios blogs que a veces estos buses, no salen en horario o incluso pueden bajarte en controles de la ruta, así que es algo a tener en cuenta antes de animarse a esta opción.
Además, los buses no están pensados para volver en el mismo día con tiempo suficiente, por lo que lo ideal, si usás esta opción, es quedarte a dormir en el pueblo de Abu Simbel y visitar los templos al amanecer o cerca del cierre, cuando ya no están los grandes grupos. Desde el pueblo podés ir caminando hasta los templos o tomar un taxi por unos minutos.
En nuestro caso, decidimos no arriesgarnos y optar por lo seguro. Solo contábamos con dos días para recorrer Asuán y sus templos, así que preferí no complicarme. Además, la mala experiencia que tuvimos intentando visitar las Pirámides de Giza por nuestra cuenta me hizo inclinarme por una opción más confiable esta vez.

Si quieren saber mas sobre la experiencia que tuvimos al visitar las Pirámides de Giza por nuestra cuenta, pueden leerlo desde este link.
Historia de Abu Simbel
El Templo de Abu Simbel fue construido por orden de Ramsés II en el siglo XIII a.C., durante el auge del Imperio Nuevo de Egipto. Su objetivo no era solo religioso, sino también político: buscaba rendir culto a los dioses Amón, Ra-Horajti y Ptah, pero sobre todo glorificar al propio faraón y demostrar su poder frente a los pueblos del sur, en la frontera con Nubia.
El complejo está formado por dos templos excavados directamente en la roca: el Gran Templo de Ramsés II, con sus imponentes estatuas de 20 metros de altura en la fachada, y el Templo de Nefertari, dedicado a su esposa favorita. La monumentalidad de Abu Simbel lo convierte en uno de los ejemplos más impresionantes de arquitectura faraónica.

Un detalle fascinante es el fenómeno solar que ocurre dos veces al año (en febrero y en octubre), cuando los rayos del sol iluminan el interior del santuario y bañan con luz las estatuas de los dioses y la del propio Ramsés II. Este acontecimiento demuestra el avanzado conocimiento astronómico de los egipcios.
Siglos después, el templo quedó enterrado bajo la arena del desierto hasta que fue redescubierto en 1813. Pero quizás la parte más increíble de su historia ocurrió en el siglo XX: cuando se construyó la presa de Asuán, Abu Simbel corría peligro de quedar sumergido bajo las aguas del Lago Nasser. Entre 1964 y 1968, en una operación internacional liderada por la UNESCO, los templos fueron desmontados piedra por piedra y reconstruidos en un lugar más alto, tal como los vemos hoy.


Mi visita al Templo de Abu Simbel
Las dos horas que pasé en el complejo me resultaron cortísimas. Me hubiese encantado tener al menos dos horas más para recorrerlo con calma. Abu Simbel merece tiempo, para observar con detenimiento tanto el exterior como el interior, caminar un poco después del largo viaje, sentarse a reflexionar, comer algo y, claro, sacar cientos de fotos. El lugar tiene una mística única, y la primera impresión frente a esas estatuas colosales de piedra es la que nos quedará grabada por siempre.

Sobre el Templo de Ramses II (Abu Simbel)
Los cuatro colosos de Ramsés II en la fachada son lo más impactante del templo. Imposible no querer retratarlos una y otra vez desde todos los ángulos. El día que fui, uno de ellos estaba dañado, con la parte superior caída frente a la entrada, algo que, lejos de arruinar la escena, le daba un aire aún más imponente. Ojalá en el futuro logren restaurarlo.
Si te gusta la fotografía, preparate, porque conseguir una toma limpia y sin gente es complicado. La mayoría de los tours llegan y se van en los mismos horarios, lo que hace que el lugar se llene de visitantes al mismo tiempo.
Para disfrutarlo en soledad habría que ir por cuenta propia o incluso dormir en el pequeño pueblo cercano, lo que te daría la oportunidad de visitarlo fuera del horario de mayor afluencia. Estoy seguro de que vivir ese silencio, solo frente a esos guardianes faraónicos, debe ser una experiencia inolvidable.
El interior del Gran Templo de Ramsés II es más pequeño de lo que esperaba, pero no menos fascinante.
A lo largo del pasillo central se alinean imponentes estatuas, mientras que las paredes y techos están completamente cubiertos de relieves y jeroglíficos. El nivel de conservación es impresionante: cada sala invita a detenerse, observar con detalle y perderse en la simbología que cubre hasta el último rincón.
Templo de Nefertari
Muy cerca se encuentra el Templo de Nefertari, mandado a construir por Ramsés II en honor a su esposa favorita. Aunque de menor tamaño, también tiene una fachada espectacular y un interior bien preservado.
Comparados con lo que había visto en fotos, ambos templos me parecieron mucho más imponentes en persona, superando por lejos las expectativas que llevaba.

Como visitar el Templo de Philae por tu cuenta
Al regresar de la excursión a Abu Simbel, cerca del mediodía, nos dimos cuenta de que la ruta pasaba cerca del puerto desde donde salen los barcos hacia el Templo de Philae, otro de los grandes atractivos de Asuán.
Le pedimos al conductor si nos podía dejar allí, y accedió. Caminamos unos minutos por la ruta hasta llegar al puerto, rodeados de puestos de artesanías y locales de comida. Desde allí salen las lanchas que te llevan a la isla.

Después de algunas negociaciones, acordamos pagar, en ese entonces, unas 200 libras por la lancha, que nos esperaría aproximadamente una hora y media mientras recorríamos el templo y nos traería de regreso.
En la isla se pueden apreciar varias construcciones, destacando especialmente el imponente Templo dedicado a Isis. También se encuentran otros edificios de gran valor histórico, como el Templo de Hathor, la Puerta de Trajano y los pilonos que marcan la entrada al complejo.
Al igual que Abu Simbel, este templo fue reubicado piedra a piedra durante la construcción de la presa de Asuán, conservando su magnificencia y quedando muy cerca de su ubicación original.
Para volver a Asuán es fácil: desde el mismo puerto que comenzamos la travesía salen taxis a los cuales hay que negociarles el precio.
La entrada al templo en el año 2025 cuesta 550 libras por persona (275 con la tarjeta de estudiante). Verificar en el sitio oficial para conocer el último valor.
Donde alojarse en Asuán
Nos alojamos en el Nuba Dool Guest House ubicado en la Isla De Elefantina. Es una pequeña isla en medio del Río Nilo donde viven Nubianos principalmente, gente muy amable y cálida para conversar.

Nos trataron excelente desde que llegamos al hospedaje. La ubicación es buena. Tiene una hermosa terraza para relajarse y observar el río a toda hora. Además, al estar en la isla, no se escuchan los ruidos de los autos de la ciudad.
La desventaja es que para llegar, hay que cruzar el Río Nilo usando el ferry público que esta ubicado a unos kms al sur de la estación de tren. Hay varios barcos particulares que ofrecen cruzar a la isla, pero en general cuestan mas caros que el ferry público. Cada vez que quieran ir y volver a la orilla occidental, tendrán que usar el ferry.
Consejos para visitar Abu Simbel
- Lleven comida y agua desde Asuán: en Abu Simbel la oferta es limitada y los precios son bastante elevados, así que conviene llegar preparados.
- Eviten las horas pico: los tours suelen llegar todos a la misma hora. Si pueden, intenten ir temprano o un poco más tarde para recorrer el templo con menos gente.
- Protección solar: el sol en el sur de Egipto puede ser intenso, así que gorra, lentes de sol y protector solar son imprescindibles.
- Tours vs. por cuenta propia: si bien se puede llegar por libre, muchos prefieren un tour organizado por seguridad y comodidad, especialmente si el tiempo es limitado.
¿Es seguro visitar Abu Simbel?
Sí, por ahora es seguro (aunque en Egipto uno nunca sabe 😅). Se dice que las camionetas suelen salir en convoy a la misma hora por seguridad. En el pasado han ocurrido algunos incidentes en la ruta desértica que une Asuán con Abu Simbel, pero lo cierto es que hace años que no pasa nada. Supongo que esta medida se mantiene principalmente para controlar el tránsito de turistas y evitar que haya vehículos circulando a cualquier hora por la zona.
Como ir de Asuán a Luxor
Yo decidí ir de Asuán a Luxor en tren, y fue una manera barata, cómoda y muy linda de viajar. Para tomar el tren no hace falta complicarse, solo hay que acercarse a la estación y comprar el primer tren que salga hacia Luxor.
Hay varios servicios a lo largo del día, por lo que no suele ser un problema coordinar horarios. El viaje dura aproximadamente 3 horas y permite disfrutar del paisaje egipcio mientras te desplazas cómodamente entre ambas ciudades.
Además, si quisieran, pueden aprovechar para hacer paradas y visitar templos que quedan de camino, como el Templo de Edfu o el de Kom Ombo. Nosotros no lo hicimos, ya que tendríamos que haber bajado con el equipaje, visitarlas con algún taxi y volver a esperar otro tren. Si bien es una manera económica de poder conocer los templos por su cuenta, es mucho mas agotadora.
Cruceros por el Nilo: de Asuán a Luxor
Otra manera muy popular de trasladarse entre Asuán y Luxor es a bordo de un crucero por el Nilo. Estos recorridos no solo sirven para ir de una ciudad a otra, sino que también permiten disfrutar del paisaje fluvial, los pueblos ribereños y los templos que se encuentran a lo largo del río, como Kom Ombo o Edfu.

Los cruceros suelen durar entre 3 y 4 días, incluyendo comidas, alojamiento y visitas guiadas a algunos de los templos más importantes del sur de Egipto. Es una opción cómoda y relajada, ideal para quienes quieren combinar transporte y experiencia turística, y vivir un trayecto más tranquilo mientras se empapan de la historia y cultura faraónica.
¿Merece la pena visitar Abu Simbel?
Visitar Abu Simbel es una experiencia que vale totalmente la pena. Estos templos colosales, esculpidos en la roca hace más de 3.000 años por orden de Ramsés II, no solo impresionan por su escala y detalle, sino también por su historia. Verlos en persona, en medio del desierto y a orillas del lago Nasser, es como retroceder en el tiempo. Además, saber que todo el complejo fue trasladado piedra por piedra para salvarlo del avance del agua tras la construcción de la presa de Asuán, le suma aún más valor a la visita. Es uno de esos lugares que realmente te dejan sin palabras.

No importa que para visitarlo tengamos que viajar hasta tan lejos. Si estás en Egipto y te gusta la historia o conocer obras monumentales, me guardaría unos días para dedicárselo a esta joya arqueológica.
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