Guía de Marrakech: que ver y hacer en una de las ciudades imperiales de Marruecos

Desde que puse un pie en Marruecos, sabía que recorrer sus principales ciudades iba a ser toda una experiencia, pero no imaginaba que entre todas ellas, Marrakech se iba a quedar con el primer puesto en mi lista de favoritas. Tiene una energía única, ese caos encantador de la medina, aromas mas agradables que los de Fez, espacios abiertos entre tantas paredes… Marrakech me atrapó desde el primer día.

Puede ser caótica y agotadora, sí, sobre todo por las motos que vuelan dentro de la medina y que si no tenés cuidado te llevan por delante, pero también es auténtica y llena de rincones con historia. A diferencia de otras grandes ciudades marroquíes, sentí que en Marrakech todo está siempre pasando: músicos callejeros, comerciantes, viajeros, locales, todos conviven en un mismo escenario. En este post quiero contarte por qué vale la pena vivirla a fondo y cómo aprovechar al máximo tu visita.

Plaza de Yamaa el Fna en Marrakesh
Plaza de Yamaa el Fna en Marrakesh


Curtidurias en Fez

Este post forma parte del itinerario que armé para recorrer Marruecos en 3 o 4 semanas. Si querés ver el detalle completo, podés leer el artículo principal acá.

Contexto histórico de Marrakech

Marrakech es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, junto con Fez, Meknes y Rabat. Este título se debe a que fue capital del reino en distintos momentos de la historia, cuando diferentes dinastías gobernaron el país.

Arte de Marrakech
Arte de Marrakech

Fundada en 1062 por los almorávides, Marrakech se convirtió rápidamente en un centro político, económico y cultural clave del norte de África. Durante los siglos siguientes, fue sede del poder bajo otras dinastías como los almohades y los saadíes, quienes embellecieron la ciudad con palacios, mezquitas y jardines.

Ese pasado imperial sigue muy presente en sus murallas rojizas, sus palacios y sus madrasas (escuelas coránicas). Marrakech no solo fue un punto estratégico, sino también un símbolo de prestigio para los sultanes que la gobernaban.

Pintura de Marrakech
Pintura de Marrakech

Cómo llegar a Marrakech

Desde el exterior

Marrakech cuenta con un aeropuerto internacional bien conectado, el Aeropuerto Menara (RAK), al que llegan vuelos directos desde muchas ciudades europeas y otras partes de Marruecos.

Desde Fez, Casablanca, Rabat o Essaouira

Se puede llegar a Marrakech en tren o bus desde ciudades como Fez, Casablanca o Rabat. ONCF es la empresa de trenes y los buses turísticos mas confiables y cómodos son CTM o Supratours.

Desde el desierto y Alto Atlas

Si están llegando desde el Alto Atlas o el desierto como Merzouga, Tinghir, Ouarzazate, la opción mas aceptable es en los buses de CTM o Supratours.

Desde Merzouga es un largo trayecto, como 12-13 horas, pero lo mas probable es que hagas una parada de camino, ya sea en Tinghir o Ouarzazate.

Como ir desde el Aeropuerto Menara (RAK) hasta el centro

  • Autobús público (Línea 11 o N°19): Es la opción más económica, con un costo de 4 dirhams. Sin embargo, la parada no está justo en la terminal, y el trayecto puede ser más lento debido a las múltiples paradas, conecta con la plaza Jemaa el-Fna. ​
  • Taxi: Podés tomar un taxi directamente en la salida del aeropuerto; es recomendable pactar el precio previamente, ya que no siempre utilizan taxímetro.
  • Traslado Privado: podes reservar con antelacion un transporte privado para que te vayan a buscar al aeropuerto

Cómo moverse en Marrakech

Moverse por Marrakech puede parecer un desafío al principio, pero con un poco de paciencia y sentido de orientación, es bastante manejable. La ciudad está dividida entre la parte antigua (la medina) y la parte nueva (Gueliz y Hivernage), y cada zona tiene sus propios medios más cómodos para desplazarse.

Callejones dentro de la Medina de Marrakech
Callejones dentro de la Medina de Marrakech

Dentro de la medina, lo mejor es moverse a pie. Las calles son angostas, muchas veces laberínticas y llenas de vida, por lo que caminar es la única forma de llegar a la mayoría de los rincones interesantes. Es fácil perderse, pero eso también forma parte del encanto: de cada desvío inesperado puede salir una sorpresa.

Para distancias más largas o para ir desde la medina a zonas más alejadas como el aeropuerto o la estación de tren, se puede usar taxi. Hay dos tipos: los petit taxis (generalmente de color beige, para trayectos dentro de la ciudad) y los grand taxis (para distancias más largas o si vas con equipaje). Es importante acordar el precio antes de subir, ya que no siempre usan el taxímetro, o pedir que lo enciendan si lo tienen.

Vistas desde la terraza del Mall de Menara
Vistas desde la terraza del Mall de Menara en la zona de Hivernage

Otra opción es usar apps como Bolt o Careem, que funcionan bastante bien en Marrakech y pueden ayudarte a evitar regateos. También hay autobuses urbanos, aunque suelen ser más lentos y confusos para quienes visitan por primera vez.

Dónde alojarse en Marrakech

Marrakech ofrece una gran variedad de alojamientos, desde riads tradicionales en el corazón de la medina hasta hoteles modernos en barrios más tranquilos.

  • Medina: lo más auténtico. Te permite estar cerca de los principales atractivos, pero puede ser ruidosa y confusa para moverse. Ideal si querés vivir el caos y la magia de Marrakech.
  • Gueliz: la parte moderna. Más tranquila, con cafés y restaurantes occidentales. Buena opción si buscás comodidad y menos estímulo visual.
  • Hivernage: zona elegante y más cara, donde se concentran los resorts y hoteles de lujo.
Mall de Menara, en la zona de Hivernage
Mall de Menara, en la zona de Hivernage

Yo me hospedé en dos alojamientos dentro de la Medina de Marrakech. Uno fue el Hostel Kech Vibe, cruzando casi toda la Medina y el otro fue el Riad Dia, mucho mas cerca de la plaza Jemaa el-Fna. Ambos tienen su encanto.

Consejo personal: quedarse en un riad dentro de la medina es una experiencia en sí misma. Muchos ofrecen desayunos espectaculares, patios interiores bellísimos y atención muy cercana.

Plaza de Yamaa el Fna en Marrakesh

Podes leer la guía completa de viaje por Marruecos. Ahí tenes toda la información necesaria para planificar tu viaje a este fantástico país



Curiosidades de Marrakech

  • El nombre de Marruecos proviene de Marrakech: Durante siglos, esta ciudad fue tan importante que los viajeros europeos la usaban para referirse a todo el país. De ahí nació el nombre “Morocco” en inglés y otras lenguas.
  • La Medina es Patrimonio de la Humanidad: La UNESCO la declaró como tal en 1985 por su valor histórico y su arquitectura tradicional.
  • Las motos son parte del paisaje: Aunque parezca caótico, las motos que circulan a toda velocidad por los callejones de la medina son parte de la vida cotidiana. ¡Estar atento es clave!
  • El Jardín Majorelle fue propiedad de Yves Saint Laurent: El famoso diseñador francés compró este oasis botánico en los años 80 y lo restauró. Hoy, sus cenizas están allí esparcidas.
  • La plaza Jemaa el-Fna es única en el mundo: No solo es el corazón de Marrakech, sino también uno de los espacios culturales vivos más importantes del planeta, con músicos, contadores de historias, y vendedores que caminan durante el día y la noche.
  • Marrakech tiene su propio color: Se la conoce como la “Ciudad Roja” por el color de sus edificios, construidos con una mezcla de arcilla y piedra que le da ese tono rosado característico.

Mapa de los lugares destacados de Marrakech

Qué ver y hacer en Marrakech

Plaza Jemaa el-Fna: el corazón palpitante de Marrakech

La Plaza Jemaa el-Fna es, sin duda, el alma de Marrakech. Desde las primeras horas del día ya se siente la efervescencia del lugar, con vendedores ambulantes, puestos de jugo de frutas, y una infinidad de personajes que hacen que la plaza nunca esté quieta. Entre ellos, destacan los encantadores de serpientes y los hombres con monos encadenados, que ofrecen fotos a los turistas. Aunque esta escena puede parecer pintoresca al principio, lo cierto es que se trata de una práctica cuestionable: los animales son utilizados para entretenimiento en condiciones que muchas veces rozan el maltrato. Recuerdo ver de lejos a la serpiente como si estuviera dopada o en un trance. Lo ideal sería no darles dinero ni participar de este tipo de actividades, para no seguir fomentando su existencia, parece obvio decirlo hoy en día, pero vi varias familias, sobre todo con chicos, que alentaban este tipo de cosas.

En la plaza también abundan los oportunistas. Personas que se acercan con simpatía pero con la clara intención de llevarte a una tienda, ofrecerte productos o venderte algún “favor” que luego se cobra. Es parte del juego en muchos sitios turísticos, pero en Jemaa el-Fna se vive con particular intensidad. Lo mejor es estar atento y caminar con cierta determinación, sin mostrarse demasiado interesado si no querés que te persigan con insistencia.

La Plaza de Noche
La Plaza Jemaa el-Fna de Noche

Cuando cae el sol, la plaza se transforma. Aparecen los músicos callejeros, los cuentacuentos, y pequeños grupos que rodean a percusionistas improvisados. El ambiente es vibrante, lleno de ritmo, risas y vida local. Eso sí, si te ven sacando fotos o grabando videos, es muy probable que se acerquen a pedirte dinero, y no siempre con la mejor actitud. Vale la pena disfrutar del espectáculo, pero conviene tener algo de cambio a mano o, si preferís evitar el roce, simplemente observar sin sacar la cámara.

Música en las calles
Música en las calles

Una excelente forma de vivir el ambiente sin estar en el centro del caos es subir a una de las tantas terrazas de los cafés que rodean la plaza. Desde ahí, con un té a la menta o un café en mano, podés ver cómo la vida se despliega abajo, entre humo de comida, música y una energía que solo Marrakech sabe ofrecer.

Minarete de la Koutoubia

Minarete de la Koutoubia
Minarete de la Koutoubia

Visible desde distintos puntos de la ciudad, el minarete de la Koutoubia es el símbolo por excelencia de Marrakech. Con sus 77 metros de altura, esta torre construida en el siglo XII es la más alta de la ciudad, y por ley, ningún edificio en la medina puede superarla. Es un referente visual que no solo ayuda a orientarse, sino que también impone por su elegancia y proporción.

La mezquita a la que pertenece, aunque no está abierta a los no musulmanes, se puede admirar desde el exterior, junto a sus jardines bien cuidados y el aire sereno que se respira en los alrededores. El nombre “Koutoubia” viene de los vendedores de libros que antiguamente rodeaban la zona, lo que añade un toque histórico y cultural interesante.

Aunque no se pueda ingresar, vale la pena pasar por allí de día y también al atardecer, cuando el minarete se tiñe con la luz dorada y resalta aún más sobre el cielo de Marrakech.

Minarete Kutubía de Marrakesh
Minarete Kutubía de Marrakesh

Perderse (y encontrarse) en los zocos de la medina

Explorar los zocos de Marrakech es sumergirse en un laberinto sensorial donde cada callejón tiene algo para sorprenderte. La medina está repleta de pequeños mercados agrupados por oficios o productos, una organización que viene desde tiempos antiguos y que, a pesar del caos aparente, sigue vigente.

Uno de los sectores más populares es el Zoco Semmarine, que arranca muy cerca de la Plaza Jemaa el-Fna. Es una especie de arteria principal del mercado, donde abundan las telas, los caftanes y los souvenirs más turísticos. Desde ahí, podés internarte en callejuelas más estrechas donde aparecen otros zocos especializados, como el Zoco de los Tintoreros (Souk des Teinturiers), donde todavía se pueden ver hilos de lana colgando de los balcones, teñidos con pigmentos naturales como índigo, azafrán o henna.

Riads venidos a tiendas dentro de la Medina
Riads venidos a tiendas dentro de la Medina

También vale la pena visitar el Zoco de los Herreros (Souk Haddadine), donde el sonido del martillo y el olor a metal quemado te recuerdan que aún hay artesanos trabajando a la antigua. O el Souk Chouari, especializado en madera tallada, ideal para ver el trabajo minucioso de los ebanistas marroquíes.

Cada rincón ofrece algo distinto: lámparas de metal calado, cerámicas de colores, babuchas de cuero, especias apiladas como pequeñas montañas, y ese eterno aroma a cuero y comino que parece estar en el aire todo el tiempo. Regatear no solo es común, sino casi obligatorio, y es parte del juego; eso sí, mejor entrar con paciencia y buen humor.

Recorrer los zocos no es solo una experiencia de compras, es también una forma de entender la vida diaria dentro de la medina. Y aunque es fácil perderse entre pasillos, parte del encanto está justamente en eso: dejarse llevar sin mapa, sabiendo que tarde o temprano vas a volver a encontrarte con algún punto familiar.

Tiendas en el zoko de la Medina
Tiendas en el zoko de la Medina

Jardín Majorelle y Museo Yves Saint Laurent

El Jardín Majorelle es un remanso de paz en medio del bullicio de Marrakech. Diseñado por el pintor francés Jacques Majorelle en la década de 1920 y más tarde adquirido y restaurado por Yves Saint Laurent, este espacio combina naturaleza, arte y color de forma única. Los caminos serpentean entre cactus, palmeras y bambúes gigantes, todo enmarcado por el vibrante azul cobalto que da identidad al lugar. Es un oasis estético, perfecto para un paseo tranquilo o una pausa fotogénica.

Justo al lado se encuentra el Museo Yves Saint Laurent, dedicado a la vida y obra del icónico diseñador francés. La colección incluye bocetos, vestidos y exposiciones temporales que exploran el cruce entre moda, arte y cultura marroquí. Si te interesa la moda o el diseño, este museo es una joya que no decepciona.

Para saber el costo de las entradas y comprar el ticket online, podés visitar el sitio oficial.

Jardín Majorelle
Jardín Majorelle. Foto por Wikipedia

Palacio de la Bahía

El Palacio de la Bahía es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura marroquí tradicional. El complejo fue construido a finales del siglo XIX para un visir del sultán. Es un entramado de patios, jardines y salones decorados con mosaicos, madera tallada y techos pintados a mano. Aunque el palacio está en parte vacío, caminar por sus espacios es como entrar en un cuento de Las mil y una noches.

Para saber cuanto cuesta entrar y comprar los tickets, podés hacerlo desde el sitio oficial.

Palacio de la Bahia
Palacio de la Bahia. Foto por Val Traveler

Madraza Ben Youssef

La Madraza Ben Youssef fue durante siglos una de las escuelas coránicas más importantes del norte de África. Hoy ya no se utiliza con fines religiosos, pero sigue siendo un lugar fascinante para los amantes del arte islámico y la historia. Su patio central, con mármol blanco, mosaicos zellij y yesería tallada, es de lo mas destacado. Tiene una segunda planta alta, donde se pueden ver las pequeñas celdas donde vivían los estudiantes, que contrastan fuertemente con la riqueza decorativa del conjunto.

Para saber el valor de la entrada podés visitar el sitio oficial de la Madrasa.

Madraza Ben Youssef
Madraza Ben Youssef. Foto por Wolfgang B

Tumbas Saadíes

Descubiertas recién a principios del siglo XX tras estar ocultas por siglos, las Tumbas Saadíes son un rincón cargado de historia. Aquí descansan miembros de la dinastía saadí, que gobernó Marruecos en el siglo XVI. El mausoleo principal, decorado con mármol de Carrara y techos de cedro, es una obra maestra de arte morisco. La visita suele ser breve y el lugar puede estar algo concurrido, pero puede valer la pena conocer este testimonio del esplendor de épocas pasadas.

Para comprar los tickets de manera online, podés visitar el sitio oficial de las Tumbas Saadíes.

Tumbas Saadíes
Tumbas Saadíes. Foto por Luc Viatour

Jardines de la Menara

Pabellón en el lago de los Jardines de la Menara
Pabellón en el lago de los Jardines de la Menara

A diferencia del Jardín Majorelle, los Jardines de la Menara no destacan por lo ornamental, sino por su calma y sus vistas. Se trata de un enorme olivar público con un gran estanque central frente a un pabellón del siglo XIX. En días despejados, se pueden ver las montañas del Atlas como telón de fondo, lo que crea una postal memorable. Es un lugar popular entre locales para caminar o hacer picnic, y aunque no hay mucho para “ver” en términos turísticos, puede ser una linda escapada si buscás un momento tranquilo fuera del centro.

Ideal para visitar al atardecer, cuando la luz baja tiñe todo de tonos dorados.

El acceso al jardín es gratuito ;).

Hammams tradicionales

Podés vivir la experiencia de un baño marroquí, desde opciones muy locales a versiones más turísticas con servicios de spa. Una forma de relajarte después de recorrer la ciudad.

Actividades organizadas en Marrakech

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Dónde comer en Marrakech

  • Comida callejera en Jemaa el-Fna: tajines, brochetas, sopas harira y más. Algunos puestos son mejores que otros; mirá dónde comen los locales.
  • Cafés con terraza: como el Café de France o el Café Zeitoun, ideales para observar el movimiento desde arriba.
  • Restaurantes tradicionales: como Nomad o Le Jardin, que combinan buena comida con espacios encantadores.
  • Mercados locales: probá las aceitunas, pan plano, dátiles y dulces marroquíes que venden en los zocos.
Vistas desde un cafe en una de tantas plazas dentro de la Medina
Vistas desde un cafe en una de las tantas plazas dentro de la Medina

¿Es seguro Marrakech?

Sí, en términos generales, Marrakech es una ciudad segura para los viajeros. La mayor parte de las visitas transcurren sin problemas. Sin embargo, como en cualquier destino turístico popular, hay que estar atentos a los timos comunes: guías falsos, precios inflados o cobros inesperados por fotos. La medina puede ser un poco caótica, especialmente para quienes no están acostumbrados al ritmo del norte de África, pero el sentido común y una actitud tranquila ayudan mucho. Marrakech me transmitió una mejor sensación de seguridad si lo comparo con Fez por ejemplo.

Consejo: si te perdés, mejor preguntá en una tienda o local establecido en vez de seguir a alguien que se ofrezca “amablemente”.

Consejos prácticos para visitar Marrakech

  • Regateá siempre: en los zocos el primer precio nunca es el final. Tomalo como parte del juego.
  • Evitá las motos: dentro de la medina circulan a toda velocidad. Caminá con atención, especialmente en callejones estrechos.
  • Llevá efectivo: muchos lugares no aceptan tarjeta.
  • Mapa offline y ubicación activada: apps como Maps.me o Google Maps (con descarga offline) son muy útiles para no desorientarse.
  • Vestirse con respeto: sobre todo si sos mujer. No hace falta cubrirte por completo, pero sí evitar ropa muy ajustada o corta.

¿Cuántos días quedarse en Marrakech?

La duración ideal para disfrutar Marrakech a buen ritmo es de 3 días completos. Con menos tiempo, puede resultar un poco abrumador y vas a correr el riesgo de solo rascar la superficie de lo que la ciudad ofrece. En tres días podés recorrer con calma la medina, visitar los principales monumentos, probar la gastronomía local, perderte en los zocos y hasta dedicar un rato al descanso en algún jardín o hammam tradicional. Si contás con más tiempo, un día extra se puede usar para una excursión cercana como el Valle de Ourika, el desierto de Agafay, Essaouria o el pueblo de Imlil en el Atlas.

Itinerario sugerido de 3 días en Marrakech

1er Día: Primer contacto con la ciudad

  • Llegada, check-in y primeras caminatas por la medina.
  • Visita a la Plaza Jemaa el-Fna (especialmente al atardecer).
  • Cena en alguna terraza con vistas a la plaza.
  • Exploración nocturna de los zocos y puestos callejeros.

2do Día: Monumentos y cultura

  • Palacio Bahía y Tumbas Saadíes por la mañana.
  • Almuerzo en un restaurante tradicional.
  • Por la tarde: visita al Palacio El Badi y paseo por el barrio judío (Mellah).
  • Relajación en un hammam tradicional.

3er Día: Contrastes y relax

  • Jardín Majorelle y Museo Yves Saint Laurent a primera hora.
  • Paseo por la zona de Gueliz (la parte moderna de Marrakech).
  • Última vuelta por la medina para compras o seguir explorando callejones.
  • Cena de despedida en un riad o restaurante con show tradicional.

Reflexión final de la visita a Marrakech

De todas las grandes ciudades que conocí en Marruecos, Marrakech fue sin dudas la que más me gustó. Tiene una combinación muy especial entre lo tradicional y lo moderno: desde sus plazas escondidas entre callejones, pasando por las avenidas amplias con palmeras que le dan un aire casi tropical, hasta la increíble energía que se vive en la medina y, especialmente, en la Plaza Jamaa el Fna, donde todo parece estar siempre en movimiento.

La gente del Hostel lo mas
La gente del Hostel lo mas

A diferencia de Fez, que por momentos puede sentirse más densa, caótica y hasta sofocante por sus pasillos estrechos y el fuerte olor que emana de algunos rincones como las curtiembres, Marrakech me resultó más amigable, más equilibrada. Tiene ese caos característico de Marruecos, pero sin dejar de ser vibrante y acogedora. Un lugar que invita a quedarse más de lo planeado, simplemente disfrutando de observar la vida pasar.

Video de Marrakech

Video de Marrakech

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