Llegar a Bakú desde Aktau, en Kazajistán, fue como cambiar de continente sin cruzar más que el mar Caspio. En apenas una hora en avión, el paisaje, la arquitectura y hasta el ritmo de vida se transformaron por completo.
Venía de recorrer durante meses Asia Central, con sus grandes estepas, sus bazares polvorientos y su estilo de vida más tradicional, y de pronto me encontré con una ciudad moderna, brillante y llena de contrastes.
Bakú es una mezcla curiosa: una capital que combina rascacielos de vidrio y avenidas elegantes con callejones de piedra y minaretes antiguos. Es el punto de encuentro entre Oriente y Occidente, donde el legado persa y soviético conviven con la ambición futurista del petróleo y el gas.
En este post te voy a contar todo lo que podés hacer en Bakú, cómo moverte, qué lugares no te podés perder y por qué esta ciudad me sorprendió tanto.
Te aseguro que, si le dedicás unos días, vas a entender su historia, su energía y esa personalidad tan única que la diferencia del resto del Cáucaso.

Indice de Contenido
Dónde está ubicado Bakú
Bakú es la capital de Azerbaiyán y se encuentra a orillas del mar Caspio, en el extremo oriental del Cáucaso Sur. Está situada prácticamente a nivel del mar (de hecho, es una de las capitales más bajas del mundo, a unos 28 metros bajo el nivel del mar) y rodeada por un paisaje árido y ondulado.

Su ubicación la convirtió históricamente en un punto estratégico entre Europa y Asia, siendo parte esencial de la antigua Ruta de la Seda.

Mi visita a Azerbaiyán fue parte de un gran viaje recorriendo la antigua Ruta de la Seda. En este post podés saber más de los países visitados y como hacerlo todo por tu cuenta.
Hoy sigue ocupando ese rol de cruce cultural, con una mezcla de influencias turcas, persas, rusas y musulmanes, lo que se refleja tanto en su gastronomía como en su arquitectura y su gente.
Cómo llegar a Bakú
Actualmente, Azerbaiyán mantiene cerradas sus fronteras terrestres y marítimas para el ingreso de viajeros, por lo que la única forma de llegar al país es en avión.
El principal punto de entrada es el Aeropuerto Internacional Heydar Aliyev (GYD), ubicado a unos 25 km del centro de Bakú. Desde allí, podés tomar un taxi o un autobús público que conecta directamente con la ciudad.

La aerolínea nacional Azerbaijan Airlines (AZAL) opera vuelos directos desde varias ciudades de Europa, Medio Oriente y Asia Central. Si venís desde países vecinos como Georgia, Turquía o Kazajistán, hay buenas conexiones aéreas y precios razonables.
Cuando las fronteras vuelvan a abrir, será posible ingresar también por tierra desde Georgia o Rusia, o por mar desde Kazajistán, a través del ferry que cruza el mar Caspio entre Aktau y Bakú.
Mis primeras impresiones de Bakú
Llegar a Bakú fue una grata sorpresa. Venía de Asia Central, y en cuanto puse un pie en la ciudad, sentí un cambio notorio, el ambiente, la arquitectura y hasta el ritmo de vida parecían marcar la entrada a otro continente.

La capital de Azerbaiyán es una mezcla entre lo antiguo y lo moderno. Su casco histórico, rodeado por murallas perfectamente conservadas, está lleno de calles empedradas, casas típicas y una atmósfera que parece detenida en el tiempo.

Mientras caminaba por la ciudad vieja (Icherisheher) mi mente retrocedía unos siglos atrás. Se ven minaretes, caravasares y balcones de madera tallada que cuentan la historia de la antigua Ruta de la Seda.

Pero apenas salís de esas murallas, la ciudad cambia por completo. Aparecen avenidas amplias, edificios de diseño moderno y construcciones icónicas como las Flame Towers, que dominan el horizonte con su silueta futurista.

Además, hay barrios que podrían pasar tranquilamente por zonas de ciudades europeas, con cafés elegantes, parques cuidados y una vida urbana muy activa.

Después de venir de Kazajistán y recorrer la estepa, Bakú me dio la sensación de haber llegado a Europa, sin dejar del todo el exotismo del Cáucaso.
Mapa con lo mejor para ver en Bakú
Qué ver en Bakú
El casco histórico: Icherisheher
El casco antiguo de Bakú, conocido como Icherisheher, es el alma de la ciudad. Rodeado por murallas del siglo XII, este laberinto de calles empedradas, casas tradicionales y antiguas mezquitas es el punto donde nació la Bakú original, mucho antes de que el petróleo la transformara en una metrópolis moderna.

Los balcones de madera tallada, los caravasares restaurados y los bazares recuerdan el pasado mercantil de la ciudad, cuando era una parada clave en la Ruta de la Seda.


Dentro del casco antiguo hay sitios que cuentan su propia historia. Entre los que se destacan están:
Maiden Tower
Uno de los símbolos más reconocibles de Bakú es la Maiden Tower, una torre cilíndrica de piedra que se alza sobre una gran roca frente al Mar Caspio. Tiene unos 30 metros de altura, muros de hasta 5 metros de grosor y ocho niveles conectados por estrechas escaleras internas.

Su función exacta sigue siendo un misterio, algunos creen que fue una torre defensiva medieval, mientras que otros sostienen que se trata de un antiguo templo del fuego de la época zoroastriana.
Pero lo cierto es que su solidez y su diseño la mantuvieron en pie durante siglos, convirtiéndola en parte esencial del sistema defensivo de la ciudad amurallada.

Desde la cima se obtienen vistas panorámicas del casco antiguo y del Mar Caspio.
- La entrada para ingresar a Maiden Tower es de alrededor USD 9 y no hace falta reservar con anticipación
¿Vale la pena ingresar a la torre?
Yo no ingresé, ya que me pareció un poco elevado el precio de la entrada solo para tener una linda vista del casco antiguo, pero si está dentro de tu presupuesto, adelante.
Palacio de los Shirvanshah
A pocos pasos está el Palacio de los Shirvanshah, una joya de la arquitectura islámica medieval. Este complejo fue la residencia de los soberanos del antiguo reino de Shirván, y conserva sus patios, mausoleos y salas con cúpulas decoradas.

El complejo está formado por 9 edificios principales, como el palacio residencial, la Divankhane (sala de audiencias), la mezquita del palacio, un hamam y el ovdan (depósito de agua), organizados en tres patios sobre un terreno abrupto, lo que le da una estructura única sin un estilo geométrico regular.
Construido con piedra caliza local, el conjunto ha sufrido saqueos y cambios de función a lo largo de los siglos, por ejemplo durante las guerras entre Persia y Turquía, y luego con la dominación rusa, pero desde la década de los 50 se ha convertido en museo y zona protegida.

En tu visita, no te pierdas detalles como las inscripciones religiosas en la portalada de la Divankhane, la decoración en piedra tallada que combina motivos vegetales y geométricos, y las vistas desde las salas superiores hacia el mar Caspio. Será una excelente forma de comprender la historia de Azerbaiyán y su arquitectura medieval.
- La entrada para ingresar al Palacio de los Shirvanshah también es de alrededor USD 9. Se puede corroborar en el sitio web oficial, aunque la traducción en ingles no funciona.

Un rincón famoso por una película soviética
Uno de los rincones más fotografiados de Icherisheher es en la calle Kichik Gala, donde se filmó una de las escenas más recordadas de la película “El brazo de diamantes” (Brilliantovaya Ruka), un clásico del cine soviético.

Desde entonces, se convirtió en un punto de visita casi obligatorio para los locales y turistas soviéticos, que se detienen a recrear la escena o sacarse una foto en el mismo lugar.
El paseo costero de Bakú
El Baku Boulevard bordea el Mar Caspio y es el corazón moderno de la vida local. Es un lugar ideal para caminar, alquilar una bicicleta o simplemente sentarse a mirar el atardecer.

A lo largo del paseo hay cafés, parques, fuentes, el centro comercial Park Bulvar y el Museo del Tapiz, cuya fachada imita un enorme tapiz enrollado: una obra de arte en sí misma, tanto por fuera como por dentro.

En su interior, se exhiben alfombras antiguas provenientes de distintas regiones del país, una muestra de la artesanía y el simbolismo azerí.
Muy cerca se encuentra Azneft Square, una amplia plaza donde confluyen varias de las principales avenidas del centro.

Es uno de los puntos más elegantes y animados de la ciudad, rodeado de edificios con arquitectura de época que reflejan la prosperidad que Bakú vivió durante el boom petrolero del siglo XIX. Desde allí, se accede fácilmente tanto al casco histórico como al paseo marítimo.
Otro rincón curioso del boulevard es Little Venice, una pequeña zona con canales artificiales y góndolas inspiradas en la famosa ciudad italiana.

Aunque resulta pintoresco, debo admitir que me pareció demasiado artificial y un tanto fuera de contexto frente al resto del paseo, donde el ambiente se siente más auténtico. Aun así, suele ser popular entre las familias locales y un punto fotogénico para quienes disfrutan de los contrastes que ofrece la ciudad.
Desde el paseo también se puede tomar el funicular hacia las Flame Towers, o embarcarse en un paseo en barco por la bahía de Bakú, que ofrece una perspectiva distinta de la ciudad y sus luces reflejadas en el agua, especialmente al caer la noche.

Las Flame Towers
Fuera de las murallas, el contraste es total. Las Flame Towers son el ícono moderno de la ciudad, tres torres de vidrio que representan lenguas de fuego, símbolo del antiguo culto zoroástrico que nació en esta región.

De día reflejan el cielo, y de noche se iluminan con animaciones LED que pueden verse desde casi cualquier punto de la ciudad.

Se puede subir caminando o en funicular desde el paseo costero hasta la colina donde se levantan las torres, desde donde hay varios miradores con vistas panorámicas de Bakú y el Mar Caspio.

Es uno de los mejores lugares para ver la puesta del sol o disfrutar la ciudad iluminada de noche.
Shahidlar Monument y el mirador sobre el Mar Caspio
En lo alto de la colina, muy cerca de las Flame Towers, se encuentra el Shahidlar Monument (o Avenue of Martyrs), un sitio cargado de historia y simbolismo para los azerbaiyanos.

Este memorial rinde homenaje a las víctimas de los trágicos eventos del “Enero Negro” de 1990 y a los soldados caídos durante la guerra de Nagorno-Karabaj.
El ambiente es solemne, y desde allí se tiene una de las mejores vistas panorámicas de Bakú y del Mar Caspio.

Al atardecer, las luces de la ciudad empiezan a encenderse y el paisaje desde el monumento es simplemente espectacular.
Mezquita Taza Pir
No muy lejos del centro se encuentra la Mezquita Taza Pir, una de las más importantes y elegantes de Bakú.

Construida a principios del siglo XX, destaca por su arquitectura de piedra amarilla, cúpulas doradas y ornamentación interior en mármol blanco.
Fue la primera mezquita en Azerbaiyán edificada con materiales locales y su estilo mezcla influencias islámicas tradicionales con detalles típicos del Cáucaso.

A pesar de no ser muy grande y de que solo pueden ingresar personas musulmanas, la Mezquita Taza Pir vale la pena por su entorno.
Está rodeada por un parque con miradores que ofrecen muy buenas vistas de la ciudad, y, sumado a su elegante arquitectura, la convierte en un punto interesante para visitar y apreciar desde el exterior.

Winter Park y la Bakú moderna
Entre los espacios más agradables de la ciudad moderna destaca el Winter Park, una gran plaza ajardinada rodeada de cafés, restaurantes y edificios elegantes.

Su nombre puede resultar curioso, pero se debe a que fue inaugurado en invierno, y hoy es uno de los lugares favoritos para pasear o sentarse a disfrutar un café al aire libre.
El parque representa el rostro más contemporáneo y europeo de Bakú, limpio, ordenado, con una atmósfera tranquila que contrasta con el bullicio del centro histórico.

Alrededor hay varios bares y locales con terrazas, ideales para cerrar el día después de recorrer los atractivos principales de la ciudad.
El Centro Heydar Aliyev
Otro lugar que impresiona es el Centro Heydar Aliyev, diseñado por la arquitecta Zaha Hadid. Su estructura futurista, sin una sola línea recta, parece fluir como una ola blanca en medio de la ciudad.

Es uno de los edificios más icónicos del Cáucaso, y en su interior alberga exposiciones temporales, salas dedicadas a la historia moderna de Azerbaiyán y una muestra de automóviles clásicos.
Incluso si no entrás, vale la pena ir solo para admirar su diseño desde el exterior y caminar por los jardines que lo rodean.

El Museo Nacional de Historia
Entre todos los museos que visité a lo largo de mi viaje por la Ruta de la Seda, el Museo Nacional de Historia de Azerbaiyán fue uno de los que más me gustaron.

Está ubicado dentro de lo que era un antiguo Palacio de un magnate del petróleo, una mansión impresionante que combina lujo europeo con detalles orientales.


El recorrido está muy bien organizado y cuenta con una exposición cronológica que va desde la prehistoria hasta la era moderna, pasando por los períodos persa, árabe, ruso y soviético.


Más allá de las piezas arqueológicas, lo que más me gustó fue cómo el museo logra contar la historia de un país poco conocido para nosotros de forma clara y visual, ayudando a entender su identidad entre Asia y Europa.

La Fórmula 1 en Bakú
Uno de los eventos más importantes que se celebran cada año en la capital azerbaiyana es el Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1. Desde 2017, las calles de Bakú se transforman en un circuito urbano que combina velocidad, historia y paisajes modernos, convirtiéndose en uno de los trazados más espectaculares del calendario.
Si tu visita coincide con la carrera, estás de suerte. Vas a notar el ambiente festivo que se apodera de la ciudad. Hoteles, bares y restaurantes se llenan de fanáticos de todas partes del mundo, y el paseo costero se convierte en un punto de encuentro ideal para disfrutar del evento o simplemente del clima que se genera alrededor.
Escapadas desde Baku
Si bien Bakú tiene mucho para ofrecer, una de las mejores partes del viaje es explorar los alrededores de la ciudad, donde se pueden descubrir paisajes desérticos, antiguos templos y restos arqueológicos únicos.
Gobustán y sus petroglifos
Uno de los lugares más fascinantes para visitar desde Bakú es el Parque Nacional de Gobustán, famoso por sus miles de petroglifos tallados en roca, algunos con más de 10.000 años de antigüedad.
Estas representaciones muestran escenas de caza, danzas rituales y animales, ofreciendo una ventana directa a las civilizaciones prehistóricas que habitaron la región.

Muy cerca se encuentran también los volcanes de lodo de Gobustán, un fenómeno natural único que solo se puede ver en pocos lugares del mundo. Son conos de barro que burbujean constantemente, impulsados por gases subterráneos.
Llegar por cuenta propia no es sencillo, ya que el transporte público no llega directamente hasta el parque. Lo más común (y recomendable) es contratar un tour desde Bakú, que suele incluir transporte, guía y la visita tanto a los petroglifos como a los volcanes. Los precios son bastante accesibles y la experiencia vale la pena.
El Templo del Fuego (Ateshgah)
A las afueras de la ciudad se encuentra el Templo del Fuego de Ateshgah, uno de los sitios más místicos de Azerbaiyán.

Construido en el siglo XVII sobre un antiguo manantial de gas natural, fue lugar de culto para zoroastrianos, hindúes y sijs.
Las llamas que brotaban naturalmente del suelo llevaron a que se le conociera como “la casa de fuego eterno”.
Hoy, aunque el fuego se alimenta de gas artificial, el lugar conserva una atmósfera espiritual y cuenta con un pequeño museo que explica su historia y las distintas religiones que pasaron por allí.
Excursión al norte: Candy Cane Mountains, Khizi y Shahdag
Otras de las excursiones populares que se hacen desde Bakú, es el norte, una región donde el desierto se mezcla con montañas de colores, valles verdes y aire de montaña.

La primera parada son las Candy Cane Mountains, unas formaciones geológicas que parecen pintadas a mano. A lo largo del camino es común hacer paradas para sacar fotos y disfrutar del silencio del lugar.
La ruta continúa hacia el distrito de Khizi, una zona más verde y montañosa que contrasta completamente con el paisaje anterior. Aquí comienzan a aparecer los bosques y las aldeas rurales típicas del norte del país. Muchos tours hacen una parada corta para almorzar o visitar miradores con vistas espectaculares.
El recorrido termina en el Shahdag Mountain Resort, uno de los centros de esquí más importantes del Cáucaso. En invierno ofrece pistas y actividades de nieve, mientras que en verano se transforma en un lugar ideal para practicar senderismo, montar en telesilla o simplemente disfrutar del aire fresco y la tranquilidad de las montañas.
Este tour se puede hacer en el día desde Bakú (unas 10 a 12 horas en total), aunque si tenés más tiempo, vale la pena pasar la noche en Shahdag o en la cercana ciudad de Qusar para disfrutar con calma del entorno.
Yanar Dag, la “montaña que arde”
Otra parada curiosa es Yanar Dag, conocida como la “montaña que arde”. Se trata de una colina que emite fuego natural de forma continua, debido al gas que se filtra desde el subsuelo. El espectáculo es especialmente impresionante de noche, cuando las llamas iluminan el entorno.

Al igual que en Gobustán, lo más práctico es visitar Yanar Dag mediante un tour organizado, ya que no hay transporte directo y suele combinarse con el templo del fuego en una excursión de medio día.
Actividades organizadas desde Bakú
Dónde hospedarse en Bakú
La mayoría de los viajeros elige alojarse en el centro o cerca de la Ciudad Vieja (Icherisheher), ya que desde allí se puede ir caminando a casi todos los puntos de interés. Además, es una zona con mucha vida, repleta de cafés, restaurantes y pequeños hoteles boutique con encanto local.
Yo me hospede en el King Hostel, dentro del casco histórico. Económico, buen ambiente y ubicación perfecta.

Si preferís algo más moderno, el área alrededor de Fountain Square y Nizami Street ofrece una gran cantidad de hoteles, apartamentos y opciones de ocio, con un ambiente más cosmopolita.
En cambio, para quienes buscan vistas al mar y tranquilidad, las inmediaciones del Baku Boulevard son ideales, con hoteles de gama media y alta.

En general, el alojamiento en Bakú tiene una buena relación calidad-precio, y se pueden encontrar habitaciones cómodas por mucho menos de lo que costarían en una ciudad europea.
Cómo moverse por Bakú
Bakú es una ciudad muy cómoda para recorrer, sobre todo en su zona céntrica. La mayor parte de los atractivos principales están cerca unos de otros, especialmente alrededor del casco histórico y el paseo costero, por lo que se puede hacer mucho a pie.

Transporte público
Para distancias más largas, la ciudad cuenta con autobuses urbanos y una red de metro eficiente y económica, aunque su cobertura es algo limitada para zonas turísticas.
Para usar el transporte público en Bakú (incluidos el Aeroexpress del aeropuerto, los autobuses urbanos y el metro), tenés que adquirir una tarjeta multipases “BAKU CARD” en las terminales ubicadas cerca de las paradas de autobús, fuera de las salidas de la terminal del aeropuerto.
Una sola tarjeta puede ser utilizada por un grupo de viajeros. Solo necesitas recargarla en las máquinas expendedoras de billetes.
Otros medios
En la práctica, lo más cómodo suele ser usar taxis o aplicaciones como Bolt o Uber, que funcionan muy bien y tienen precios bajos en comparación con otras capitales.
Otra opción agradable es alquilar una bicicleta o un scooter eléctrico para moverte por el Baku Boulevard o las áreas más modernas, donde las calles son amplias y seguras para pedalear.

Cómo llegar desde el aeropuerto al centro
El Aeropuerto Internacional Heydar Aliyev está ubicado a unos 25 kilómetros del centro de Bakú, y llegar hasta allí es bastante sencillo.
En bus
Existe un autobús oficial llamado Aero Express, que conecta el aeropuerto con el centro en unos 40 minutos, con su parada final en la estación de metro 28 May (ver ubicación en mapa).
Circulan desde las 06:00 a.m. hasta las 11:15 p.m. cada 20 minutos, y desde las 11:15 p.m. hasta las 06:00 a.m. del día siguiente cada 45 minutos.
Los autobuses son cómodos, puntuales y una excelente opción si viajás con presupuesto limitado.
En Taxi o App
La opción más práctica es tomar un taxi o un coche por aplicación (Bolt o Uber), que tarda entre 25 y 35 minutos, dependiendo del tráfico, y cuesta entre 10 y 15 manat (unos pocos dólares).

Mejor época para visitar Bakú
La mejor época para visitar Bakú es entre abril y junio, o bien entre septiembre y octubre, cuando las temperaturas son templadas, los días son largos y el viento, que en invierno puede ser bastante fuerte, se siente más suave.
Durante el verano (julio y agosto) las temperaturas pueden superar fácilmente los 35 °C, y aunque el cielo suele estar despejado, el calor y la humedad del Mar Caspio pueden hacer que caminar por la ciudad sea agotador.
En cambio, el invierno (diciembre a febrero) es frío, ventoso y con días cortos, por lo que no es la mejor temporada para explorar al aire libre.
¿Es seguro viajar a Bakú?
Sí, Bakú es una ciudad muy segura para viajar, incluso si lo hacés por tu cuenta. La capital de Azerbaiyán tiene un nivel de criminalidad relativamente bajo y una presencia policial visible, especialmente en las zonas más turísticas como el Boulevard, la Ciudad Vieja y la Flame Towers.
Los delitos más comunes son pequeños hurtos ocasionales, nada muy distinto de cualquier otra gran ciudad. Además, la gente local suele ser muy hospitalaria y está acostumbrada a recibir visitantes, lo que contribuye aún más a la sensación de seguridad.
Como siempre, basta con aplicar el sentido común habitual, cuidar tus pertenencias en lugares concurridos, evitar áreas muy aisladas de noche y usar taxis o apps confiables para desplazarte.
Cuántos días quedarse en Bakú
Para conocer Bakú con calma y disfrutar tanto de su historia como de su faceta moderna, lo ideal es quedarse entre 3 y 4 días. Ese tiempo permite recorrer bien la Ciudad Vieja, visitar los principales museos, pasear por el Baku Boulevard y hacer alguna escapada a los alrededores, como Gobustán o el Templo del Fuego.

Con dos días completos, se puede ver lo esencial, aunque puede resultar un poco justo si querés hacerlo sin apuro.
En cambio, si disponés de cinco o más días, vas a poder profundizar en la historia del país, visitar más museos, disfrutar la gastronomía local y explorar con más calma los paisajes del desierto y la costa del Caspio.
Pensamientos finales
Bakú fue una de las ciudades que más me sorprendió en este viaje, y sin dudas entra en mi top personal de favoritas. Tiene ese mezcla entre lo europeo y lo asiático que la hace unica, tanto en su arquitectura como en su gente y su ritmo de vida.
Caminar por sus calles me dio la sensación de haber llegado a Europa, pero sin perder el toque exótico y las raíces orientales que hacen de Azerbaiyán un país distinto.
Bakú da para quedarse varios días, recorrerla con calma y dejarse llevar por su atmósfera, que cambia según la hora y el barrio. De día, con su costa llena de vida y sus cafés frente al mar; de noche, con sus edificios iluminados y su energía vibrante.
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