Viajar por Turquía durante un mes completo me permitió recorrer el país con calma, desde el extremo oriental hasta las zonas más turísticas del oeste.
Venía de Georgia por tierra, lo que hizo que la aventura empezara incluso antes de llegar al país. Turquía es un país enorme, lleno de contrastes: desde paisajes montañosos y nevados en el interior hasta playas de aguas turquesa en la costa mediterránea, pasando por ciudades cargadas de historia que mezclan oriente y occidente en cada esquina.
En este itinerario de un mes en Turquía comparto cómo fui organizando el viaje, los destinos que visité, el tiempo que dediqué en cada lugar y las experiencias que más disfruté.
La idea es que te sirva de guía práctica si también estás pensando recorrer el país, ya sea siguiendo un camino similar o adaptándolo a tu tiempo y tus intereses.


Indice de Contenido
Que visitar en Turquia
Antes que nada, vamos a repasar que lugares son los mas reconocidos para visitar en Turquía.

Mi visita a Turquía fue parte de un gran viaje recorriendo la antigua Ruta de la Seda. En este post podés saber más de los países visitados y como hacerlo todo por tu cuenta.
Estambul
Estambul es el alma de Turquía y el punto de entrada más común al país. Una ciudad que une Asia y Europa en un mismo mapa, con el Bósforo como frontera natural.

Sus monumentos principales, como Santa Sofía, la Mezquita Azul o el Palacio Topkapi, hablan de siglos de historia y de imperios que dejaron huella en su arquitectura y cultura.
Pero Estambul no es solo pasado. El bullicio del Gran Bazar, los aromas de especias en Eminönü, los cafés con vistas al Cuerno de Oro o un paseo en barco al atardecer convierten a la ciudad en una experiencia que nunca se agota.
Ankara
Ankara es la capital administrativa y política del país, con un estilo más moderno y ordenado que otras ciudades turcas. El Mausoleo de Atatürk, fundador de la Turquía moderna, es su visita imprescindible.

También es hogar del Museo de las Civilizaciones de Anatolia, donde se pueden ver piezas que van desde el Neolítico hasta la época bizantina.
Su ambiente menos turístico permite vivir una Turquía más cotidiana y auténtica.
Capadocia
Capadocia es un lugar de otro mundo: valles de roca volcánica, ciudades subterráneas y chimeneas de hadas moldeadas por la naturaleza.

Perderse por lugares como el Valle del Amor o el Valle de las Rosas, con ese paisaje tan único y de otro planeta, es una experiencia inolvidable.
Además, el sitio es famoso por los vuelos en globo aerostático al amanecer, contemplando desde arriba un paisaje que parece sacado de un cuento.
Pamukkale
Pamukkale deslumbra con sus terrazas blancas formadas por carbonato de calcio. Estos “castillos de algodón” contrastan con las aguas termales azules que corren por las formaciones. Es un lugar único, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Muy cerca, en el mismo complejo, se encuentran las ruinas de Hierápolis, una antigua ciudad grecorromana que permite complementar la visita con historia.
Caminar entre sus calles y anfiteatros mientras se observa el paisaje blanco de Pamukkale hace que este destino sea muy atractivo de visitar.
Éfeso
Éfeso es uno de los sitios arqueológicos más impresionantes del Mediterráneo. La Biblioteca de Celso y el Gran Teatro son paradas obligatorias, pero lo mejor es recorrer sus calles empedradas imaginando la vida cotidiana en tiempos romanos.

La cercanía al mar y la magnitud de las ruinas lo convierten en un lugar imprescindible para los amantes de la historia.
Además, fue un punto clave del cristianismo primitivo, lo que lo hace aún más interesante.
Esmirna (İzmir)
Esmirna es una ciudad moderna y dinámica, con un estilo más mediterráneo que otras zonas de Turquía. Su malecón, Kordon, es ideal para pasear al atardecer y disfrutar de la vida local.

Al mismo tiempo, es una base excelente para explorar sitios cercanos como Éfeso o la Casa de la Virgen María.
Costa Mediterránea (Antalya y alrededores)
La Riviera Turca es sinónimo de playas cristalinas y ruinas históricas. Antalya tiene un casco antiguo (Kaleiçi) lleno de calles empedradas, casas otomanas y un puerto encantador.

Desde allí, se pueden visitar ruinas como Aspendos o Perge, o recorrer la costa en barco. Sus playas y calas convierten la región en un destino ideal para relajarse después de tanta historia.
Mar Negro
El Mar Negro ofrece un paisaje completamente diferente al resto de Turquía. Montañas verdes, niebla y pueblos tradicionales hacen que sea un viaje alternativo, mucho menos masificado.

Trabzon y Rize son las ciudades más conocidas, rodeadas de monasterios en la montaña, plantaciones de té y un ambiente que mezcla la hospitalidad turca con influencias culturales propias.
El Este de Turquía
El este del país es una región cargada de historia y diversidad cultural. Ciudades como Mardin, con su arquitectura de piedra dorada, o Van, junto a su lago, muestran un Turquía muy distinta a la occidental.

Es también una zona donde conviven culturas kurdas, armenias y árabes, lo que se refleja en su gastronomía, idioma y costumbres.
Es menos turístico, pero perfecto para quienes buscan autenticidad y aventura.
Otros lugares de Turquía
El país cuenta con muchos otros sitios fascinantes que merecen una visita. Para los amantes de la historia, Pérgamo (Bergama) es una visita obligada. Esta antigua ciudad presume de una notable Acrópolis, la más empinada del mundo clásico, y del Asclepio, un antiguo centro médico donde se desarrollaron prácticas curativas de la época.

Otro sitio emblemático es Troya, famosa por su legendario caballo de madera e inmortalizado en la Ilíada de Homero.
Cerca de allí, el Templo de Afrodita es otro punto de interés, ubicado en un lugar pintoresco que muestra la vida espiritual y cultural de la antigua Turquía.

Mis lugares preferidos en Turquía
Elegir solo algunos destinos en Turquía no es nada fácil, porque realmente disfruté mucho del país. Sin embargo, hubo lugares que me marcaron especialmente y que se convirtieron en mis preferidos.
Capadocia
Antes de visitarla pensaba que Capadocia era famosa únicamente por los paseos en globo, pero al llegar me encontré con un área mágica.
Sus formaciones rocosas, ciudades subterráneas y senderos para caminar hacen que sea mucho más que una postal aérea. Además, tuve la suerte de verla antes y después de una nevada.

El manto blanco cubriendo las chimeneas de hadas y los valles le sumó un aire de cuento, reforzando esa sensación de estar en un lugar único en el mundo.
Capadocia fue, sin dudas, una de las experiencias más mágicas de todo mi viaje por Turquía y de mi vida.
Antalya
Antalya me encantó por su ambiente relajado y mediterráneo, mas viniendo del frío de Cappadocia.
Sus playas de agua turquesa y la cercanía con las montañas crean un contraste natural espectacular. Es un lugar que invita a descansar, disfrutar del mar y al mismo tiempo explorar rincones históricos en su casco antiguo y en los alrededores.

Esa mezcla entre naturaleza, cultura y relax fue lo que más me atrajo. Me hubiese encantado hacer unos días de trekking por el Lycian Way, que me han dicho que es muy lindo, pero el clima no era el adecuado para embarcarse en esa aventura.
De todas maneras, Antalya fue para mí, fue un verdadero respiro en medio del itinerario.
Pamukkale y Hierápolis
Mas allá de lo saturado que estén las redes sociales con imágenes de Pamukkale, el paisaje es sencillamente de otro planeta.
Sus terrazas blancas de travertino parecen de algodón y caminar descalzo por ellas es una sensación extraña y única. La postal es tan irreal que cuesta creer que exista realmente.
Y lo mejor es que a pocos pasos se encuentran las ruinas de Hierápolis. Algunas estructuras se mantienen bastante bien, como el teatro o las termas con columnas romanas en su interior.

Pasear entre las ruinas con las piscinas termales de fondo le da al lugar un encanto especial. Es naturaleza y arqueología combinadas en un solo destino.
Éfeso
Éfeso es uno de los sitios arqueológicos más imponentes que conocí. Aunque gran parte de la ciudad está en ruinas, lo que queda en pie transmite perfectamente la grandeza que tuvo en su momento.
La Biblioteca de Celso y el Gran Teatro son dos de los monumentos más impresionantes que aún se conservan. Frente a ellos resulta imposible no maravillarse con la arquitectura y la historia que todavía respiran en este lugar.

Además, caminar por la gran avenida con ruinas a los costados, me hizo transportarme en el tiempo e imaginar lo vivo que estuvo este lugar hace cientos de años.
Estambul
Estambul fue y sigue siendo una de mis ciudades favoritas en el mundo. Ya estuve dos veces y siempre me quedan ganas de volver.

Es una ciudad llena de contrastes, con mucha historia detrás y con rincones que parecen sacados de una novela.
Es una ciudad inagotable, y estoy seguro de que volvería muchas más veces sin aburrirme jamás.

Mapa con el itinerario de viaje en Turquía
Detalle del itinerario de 1 mes en Turquía
Llegué a Turquía desde Batumi, Georgia, cruzando la frontera en bus. Desde allí tomé un transporte hasta Trabzon, en la costa del Mar Negro.
Aunque inicialmente planeaba quedarme unos días allí, tuve que adelantar mis planes y dirigirme directamente a Capadocia, ya que el pronóstico del clima anunciaba la llegada de una tormenta de nieve a la región.
Entonces desde Trabzon tomé otro bus, nocturno, y seguí directamente hacia Capadocia, donde comencé verdaderamente mi recorrido por el país.
Capadocia – 5 días
Capadocia fue mi primera gran parada, y sin dudas uno de los momentos más especiales del viaje. Me quedé cinco días y tuve la suerte de verla bajo distintos climas: con el paisaje típico sin nieve, con una tormenta que lo cubrió todo de blanco, y finalmente con el valle teñido por completo de nieve. Ese contraste lo hizo todavía más mágico.

Días 1-5: Un lugar surreal llamado Capadocia (próximamente)
El broche de oro fue poder hacer el vuelo en globo sobre ese escenario épico. Ver las chimeneas de hadas y los valles desde el aire, con la nieve cubriendo todo, fue una experiencia que se quedó grabada en mi mente para siempre.
Antalya – 5 días
Después de Capadocia tomé un bus hacia Antalya, donde el clima era mucho más cálido y se sentía la brisa del mar.
Pasé unos días explorando la ciudad, sobre todo la zona costera con sus playas y el casco antiguo lleno de encanto.

Días 6-10: Que hacer en Antalya, sobre el mar mediterráneo de Turquía (próximamente)
La mezcla de mar, montañas cercanas y un ambiente mediterráneo relajado hicieron que Antalya se convirtiera en uno de mis lugares preferidos del viaje. Fue un contraste total con la nieve de Capadocia y un respiro necesario en el itinerario.
Pamukkale – 3 días
Desde Antalya viajé en bus hacia Pamukkale, aunque no directamente, ya que no encontré servicios que cubrieran todo el trayecto.
Tuve que pasar primero por Denizli y desde allí tomar otro bus hasta Pamukkale, donde me quedé un par de días.
Lo que al principio parecía ser solo un lugar de Instagram terminó sorprendiéndome: caminar descalzo sobre los travertinos blancos fue una experiencia increíble, y las vistas desde arriba ofrecen un paisaje verdaderamente único.

Días 11-13: Que hacer en Pamukkale, una visita a los travertinos y las ruinas de Hierápolis (próximamente)
Además, las ruinas de Hierápolis, que se encuentran justo al lado, sumaron un plus inesperado. El teatro y algunas estructuras todavía bien conservadas hacen que la visita no sea solo natural, sino también histórica.
Éfeso – 3 días
Mi siguiente parada fue Selçuk, la ciudad base para visitar Éfeso, una de las joyas arqueológicas de Turquía. Recorrer sus calles antiguas, la Biblioteca de Celso y el Gran Teatro fue un viaje directo al pasado.

Día 14-16: Como visitar las ruinas de Éfeso (próximamente)
Lo que más me impresionó fue la biblioteca, que me recordó un poco a Petra por lo imponente de su fachada. Sin dudas, Éfeso es uno de los mejores sitios históricos que visité en el país.
Esmirna – 3 días
Luego me tomé un tren a Esmirna (İzmir), una ciudad moderna en la costa del Egeo. Pasé uno días allí, aunque sinceramente fue el lugar que menos me atrapó del itinerario.

Día 17-18-19: Esmirna, la ciudad que menos me atrapó de Turquía (próximamente)
Si bien tiene sus atractivos y una vibra costera, no logró sorprenderme tanto como otros puntos de Turquía. Para mí, terminó siendo más una escala en el camino que un destino imprescindible.
Estambul – 10 días
Finalmente, tomé un bus hacia Estambul, donde me quedé alrededor de diez días. Repartí mi tiempo entre el barrio viejo, con todos los grandes atractivos históricos, y la zona de Galata, con su ambiente bohemio y moderno.

Días 20-29: Que ver en Estambul, puente entre Europa y Asía (próximamente)
En esta segunda visita, ya había estado en el 2020 durante otro viaje, descubrí muchos rincones que no había explorado en mi primer paso por la ciudad: callejuelas, cafeterías escondidas y otros paseos que me mostraron otras facetas de Estambul. Es una ciudad inagotable, imposible de conocer por completo en un solo viaje.
Rumbo a Bulgaria
Al final de mi recorrido, tomé un bus desde Estambul hacia Plovdiv en Bulgaria, cerrando así un mes completo en Turquía lleno de contrastes, historia, paisajes únicos y experiencias que me marcaron.

Guía para viajar por Bulgaria (próximamente)
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