Hacer un viaje por la carretera del Pamir y adentrarse en el Valle de Wakhan es una de las experiencias más intensas y remotas que podés vivir en Asia Central. Esta aventura te lleva por caminos de altura, aldeas aisladas, paisajes que parecen de otro planeta y encuentros inolvidables con comunidades que mantienen vivas tradiciones ancestrales. Si estás buscando aventura, autenticidad y paisajes inhóspitos, este recorrido es para vos.
Esta guía está pensada para quienes quieren hacerlo por su cuenta, sin tours organizados, cruzando desde Kirguistán a Tayikistán por el paso de Kyzyl Art, una de las fronteras más altas y desoladas del mundo. A partir de ahí, el camino serpentea a través del altiplano del Pamir y baja hasta el mítico Valle de Wakhan, pegado a la frontera con Afganistán, donde la hospitalidad tayika y la cultura pamirí te van a dejar con la boca abierta.
No es una ruta fácil ni cómoda: los caminos son duros, el transporte escaso y la infraestructura mínima. Pero esa es justamente la magia del Pamir. Acá te cuento cómo cruzar la frontera, qué ruta seguir, dónde dormir, cómo moverte, qué llevar y qué esperar en este viaje que, sin dudas, va a marcarte para siempre.


Indice de Contenido
Un poco de historia: la Pamir Highway y su importancia geopolítica
La Pamir Highway (M41) no es solo una de las rutas más altas del mundo, sino también un corredor histórico cargado de significado. Durante siglos formó parte de la Ruta de la Seda, utilizada por caravanas que buscaban evitar el control de los grandes imperios. Todavía hoy se sienten los ecos de aquel pasado en las fortalezas en ruinas, petroglifos y tradiciones locales.
En el siglo XX, la Unión Soviética la transformó en una carretera estratégica para conectar Tayikistán, Kirguistán y Afganistán, en pleno contexto del Gran Juego y la Guerra Fría. Desde entonces, ha sido tanto un símbolo de control geopolítico como una vía esencial para las comunidades montañesas.

Hoy, pese al deterioro del asfalto, sigue siendo la única conexión terrestre para muchos pueblos del Pamir, y una travesía inolvidable para quienes se animan a recorrerla. Viajar por esta ruta es, en muchos sentidos, retroceder en el tiempo y atravesar un paisaje donde historia, política y cultura se funden en cada curva.
📄 Permisos obligatorios para transitar por la carretera del Pamir
El permiso GBAO (Gorno-Badakhshan Autonomous Oblast) es una autorización especial que se necesita para viajar por la región del Pamir, en el este de Tayikistán. Aunque suele ser fácil de obtener, es obligatorio además de la visa (si es que necesitás de una), y sin él no vas a poder pasar los controles militares que hay a lo largo de la ruta.
Se puede tramitar online junto con la visa electrónica o en algunas embajadas, y también hay quienes lo gestionan en persona en Dushanbé, Murghab e incluso en Osh (Kirguistán). Tiene un pequeño costo adicional, pero es esencial si querés explorar la mítica carretera del Pamir y sus remotos paisajes montañosos.
Permiso GBAO (Gorno‑Badakhshan Autonomous Oblast):
- Obligatorio para ingresar a la región autónoma del Pamir en Tayikistán, incluso si hacés el cruce desde Kirguistán.
- Puede obtenerse online junto a la e‑visa o en oficinas OVIR de Tayikistán (Dushanbe, Khorog, Murghab).
- Costo: puede variar entre 20-50 dolares según si lo sacas junto con la e-visa o a través de una agencia
Permiso de zona fronteriza de Kirguistán:
- El área del paso se considera una zona sensible. Los viajeros deben obtener un border‑zone permit expedido por el Ministerio de Turismo o agencias locales.
- Se recomienda tramitarlo con anticipación (30–45 USD), ya que sin él no se permite cruzar.
Mi experiencia para obtener ambos permisos fue en Osh, a través de la agencia Destination Pamir. Hablé directamente con el dueño Erali por whatsapp, quien se encargó de gestionar ambos permisos: el del lado kirguiso y el GBAO para Tayikistán. A los 3 o 4 días me los mando como archivos adjuntos por teléfono. Los imprimí en Sary Tash, y se los terminé pagando en efectivo en Murghab a su hermano, que tiene un albergue allí.

¿Cómo recorrer la carretera del Pamir? Opciones para todos los estilos de viaje
La carretera del Pamir es tan épica como desafiante, y moverse por ella es parte de la aventura. Si bien no hay una única forma de recorrerla, acá te cuento las opciones más comunes, desde las más cómodas hasta las más mochileras:

🚙 1. Tour organizado por la carretera Pamir y Wakhan Valley
Es la forma más simple y cómoda de recorrer el Pamir. Hay agencias locales en Dushanbe, Khorog y también en Osh (Kirguistán), que ofrecen paquetes en 4×4 con conductor, alojamiento y comidas incluidas. Es ideal si tenés poco tiempo o querés olvidarte de la logística. Eso sí: los precios suelen ser elevados, especialmente si viajás solo. Lo bueno es que muchas veces te podés sumar a un grupo de otros viajeros para compartir costos.
⏱ Duración del tour
La duración más común de un tour completo es de 7 a 10 días, aunque algunos viajeros estiran el itinerario hasta 12 días si quieren hacerlo con más calma o incluir desvíos como el lago Yashilkul, Bulunkul o los lagos de Shokhdara Valley. También es posible hacer tramos más cortos, por ejemplo:
- Osh a Murghab (2-3 días)
- Khorog a Langar y vuelta (3-4 días)
💰 Costo promedio de un típico tour por el Pamir y el valle de Wakhan
Los precios varían mucho según la temporada, la agencia, y si compartís el auto con otros viajeros. Para que te des una idea:
- Tour privado: entre 90 y 130 USD por día por persona, todo incluido.
- Tour compartido (3-4 personas): entre 40 y 60 USD por día por persona.
Lo ideal es armar grupo en hostels o foros (como Caravanistan o Facebook) para bajar los costos. Muchos hostels en Dushanbe y Osh ayudan a coordinar grupos.
🚘 ¿Es necesario un guía?
Generalmente no. El conductor no siempre habla inglés, pero conoce bien la ruta y sabe dónde parar, dormir y comer. Si querés algo más cultural o con información histórica detallada, algunas agencias ofrecen guía acompañante, pero eso eleva bastante el precio.
🚐 2. Alquilar o compartir un vehículo
Algunos viajeros alquilan una 4×4 para hacer el recorrido por su cuenta. Esto te da total libertad para parar donde quieras, desviarte hacia lagos, valles y pueblitos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que:
- Las rutas están en mal estado.
- No hay señal en la mayor parte del camino.
- Si se rompe algo, estás solo en medio de la nada.
La mayoría de los alquileres se gestionan desde Dushanbe y Osh, y algunos permiten devolver el vehículo en la otra ciudad.
También se puede compartir vehículo con otros viajeros. En los mismo foros mencionados anteriormente muchos viajeros se organizan para alquilar un auto con conductor entre varios y compartir los gastos.
Es una opción intermedia: más accesible que un tour privado, pero con la comodidad de un vehículo dedicado. Además, es una buena forma de no estar solo y hacer comunidad en el camino.
🧭 3. Por libre: autostop + taxis locales
La opción más económica es recorrer el Pamir por tu cuenta, combinando autostop con taxis locales compartidos. Es una experiencia con incertidumbre, donde vas a depender de la amabilidad de camioneros, turistas, pastores, militares o familias que te crucen en su camino, pero como resultado te brindará el bienestar de estar realizando esta proeza a tu ritmo.

📶 ¿Hay señal en la carretera del Pamir? Teléfono e internet en el techo del mundo
Uno de los desafíos (y encantos) de recorrer la carretera del Pamir es el aislamiento. A lo largo de gran parte del trayecto, especialmente en las zonas más altas y remotas, no hay señal de celular, ni internet, ni GPS funcional. Si estás planeando mantenerte conectado todo el tiempo, este no es el viaje para vos. Pero si aceptás el corte digital, vas a descubrir una forma distinta de viajar.
Si venís desde Kirguistán, la primera oportunidad para comprar una SIM local y captar algo de señal recién es en Murghab. Aqui solo vi que vendieran de la compañía Megafon, que no es la mejor sinceramente pero es la única que encontré. TCell funciona un poco mejor, pero se consigue del otro lado del Pamir (Khorog, Dusambé).
🗺 ¿Dónde si podes encontrar señal?
En general, la señal de celular (cuando existe) solo aparece en algunos pueblos del recorrido, como por ejemplo:
- Khorog (buena señal y Wi-Fi en varios alojamientos)
- Langar (señal débil pero presente con TCell)
- Ishkashim
- Algunos tramos del Valle de Wakhan (aunque intermitente)
- Murghab (señal limitada)
Fuera de estos puntos, la cobertura es nula. No esperes conexión en pasos de montaña, valles intermedios ni durante la mayor parte del trayecto.
👮♂️ ¿Es seguro recorrer la carretera del Pamir?
En líneas generales, sí: el corredor del Pamir es una zona segura para los viajeros. La gente local es extremadamente hospitalaria, y los pueblos, aunque remotos, suelen ser tranquilos. Aun así, no está de más tener ciertas precauciones.

Por un lado, estás en una región fronteriza y militarizada, especialmente en zonas como el corredor de Wakhan, donde la cercanía con Afganistán exige controles más estrictos. Vas a encontrarte con checkpoints frecuentes, y es clave tener siempre a mano tu pasaporte y el permiso GBAO. Si bien los controles suelen ser cordiales, en algunos casos pueden hacerte esperar o hacer preguntas de rutina.
En cuanto a delitos o robos, el riesgo es muy bajo. Jamás me sentí inseguro en ese sentido. El mayor desafío es más bien físico: rutas de ripio, altura, aislamiento, falta de señal y condiciones climáticas cambiantes. Si vas en bici, moto o vehículo propio, asegurate de que esté todo en buen estado, llevá repuestos básicos y no subestimes el desgaste.
Por último, si hacés autostop o compartís transporte, como es común en esta ruta, el sentido común y la intuición siguen siendo tus mejores aliados. La gran mayoría de los locales que te crucen van a estar genuinamente curiosos y dispuestos a ayudarte, aunque muchas veces a cambio de dinero.
🏡 ¿Dónde dormir en el Pamir y el corredor de Wakhan?
A lo largo del recorrido por el Pamir y el corredor de Wakhan, el alojamiento suele ser sencillo pero suficiente. La mayoría de los viajeros se queda en homestays, casas de familia adaptadas para recibir visitantes, que ofrecen una cama (a veces un colchón en el suelo), cena, desayuno y, en algunos casos, una ducha caliente. Es una de las mejores formas de conocer la vida local, compartir una charla con los anfitriones y probar la comida casera tayika.

En ciudades como Murghab, Ishkashim o Khorog, hay varias opciones de homestays y guesthouses, muchas de las cuales están registradas en apps. No hace falta reservar con mucha anticipación, salvo que viajes en julio o agosto, que es temporada alta. En esos casos, conviene confirmar al menos el mismo día, especialmente en lugares más aislados.
También es común encontrarse con viajeros que arman carpa o duermen en campers, sobre todo si hacen la ruta en bici o en 4×4. Si bien el camping libre es posible en muchas zonas, no siempre es fácil por la altitud, el clima o la falta de agua.
La hospitalidad pamirí es legendaria: si alguna vez te agarra la noche entre pueblos, no es raro que alguna familia te invite a pasar la noche. Como siempre, con respeto y una sonrisa, las puertas suelen abrirse.

🍲 ¿Dónde comer en el Pamir y el corredor de Wakhan?
Durante el recorrido por el Pamir y el corredor de Wakhan, las opciones para comer son bastante limitadas, especialmente en las zonas más remotas. Salvo en pueblos algo más grandes como Murghab, Ishkashim o Khorog, donde podés encontrar algunos pequeños restaurantes o casas de comida, en la mayoría del trayecto no hay locales gastronómicos como tal.
Lo más común, y práctico, es comer en los mismos homestays donde te alojás. Por lo general, la tarifa incluye cena y desayuno, y a veces también te ofrecen preparar un almuerzo para llevar si se lo pedís con anticipación. La comida suele ser casera, simple y reconfortante: sopas, arroz con vegetales, pan casero, papas, algo de carne (si hay), y mucho té.

También es buena idea llevar snacks, frutas secas o galletas para los trayectos largos, donde no vas a encontrar ni una tienda.
🗓 ¿Cuál es la mejor época para recorrer el Pamir?
La mejor época para viajar por el Pamir es entre junio y septiembre, cuando las temperaturas son más agradables y los pasos de alta montaña están libres de nieve.
🟢 Junio a septiembre (temporada ideal)
- Clima: Días soleados, temperaturas soportables incluso en altura, aunque las noches pueden ser muy frías (incluso bajo cero en zonas como Murghab o Karakul).
- Estado de las rutas: Generalmente transitables, aunque siempre hay tramos en mal estado. Es la época en que circulan más vehículos, lo cual facilita el autostop y el transporte compartido.
- Alojamientos abiertos: Las guesthouses y alojamientos familiares están en funcionamiento, sobre todo en Wakhan Valley y pueblos más pequeños.
- Mejor para trekking: Los senderos están despejados y es posible hacer caminatas como Jizev, Bibi Fatima o Zong sin nieve.

🟡 Mayo y octubre (temporada de transición)
- Riesgo de nieve en pasos altos como Ak-Baital, lo que puede bloquear rutas sin aviso.
- Menos movimiento de turistas y vehículos, lo cual puede dificultar moverse por cuenta propia.
- Algunas guesthouses o mercados pueden estar cerrados.
🔴 Noviembre a abril (invierno)
- No recomendado salvo que tengas experiencia en condiciones extremas o vayas con un guía/local.
- Muchos pasos de montaña se cierran por nieve.
- Temperaturas muy bajas, rutas intransitables, servicios limitados o inexistentes en muchos pueblos.
🧳 Recomendaciones para viajar por la carretera del Pamir y Wakhan Valley
Prepárate para la paciencia y la improvisación
El Pamir es una región remota donde las cosas no siempre salen según lo planeado. Los transportes no pasan con frecuencia, los caminos pueden estar en mal estado y a veces toca esperar horas o incluso días para conseguir un auto o taxi. Lleva buena actitud, flexibilidad y tiempo extra.
Lleva efectivo en la moneda local (somoni tayiko)
En la mayoría de los pueblos no hay cajeros y no aceptan tarjetas. El efectivo es imprescindible para pagar transporte, alojamiento y comida. También conviene llevar algo de dólares o euros para emergencias o en caso de cambio.
Compra una SIM local en Dusambe, Murghab o Khorog
La cobertura telefónica es limitada. Como dije anteriormente, si venís desde Kirguistán, solo podrás comprar SIM en Murghab.
Algunos consejos:
- Avisá a tu familia o contactos que vas a estar varios días sin conexión.
- Descargá mapas offline (Maps.me o Organic Maps funcionan muy bien en la zona).
- Algunos guesthouses ofrecen Wi-Fi satelital, pero suele ser muy lento e inestable.
Arma tu equipo para clima cambiante y viento fuerte
El clima en la zona alta del Pamir es frío, incluso en verano y en las noches, y suele haber viento constante. Lleva ropa térmica, cortavientos y calzado adecuado para trekking. No olvides gafas de sol y protector solar para la altitud.
Sé respetuoso con las costumbres locales y la hospitalidad
La gente de la región es muy hospitalaria y suele recibir a los viajeros con amabilidad. Siempre agradece y respeta sus tradiciones. Es común que te ofrezcan comida o cama, pero pagando en general, hazlo con respeto y agradecimiento.

Infórmate bien sobre permisos y visados
Para entrar al GBAO (Región Autónoma de Badakhshan) y Wakhan puede que necesites permisos especiales. Verifica los requisitos actualizados antes de viajar.
Cuida tu salud y aclimatación
La altitud supera los 4.000 metros en varios puntos, en especial el tramo Alichur <-> Murghab <-> Karakul <-> Kyzyl Art. Es fundamental hidratarse bien, subir despacio y estar atento a síntomas de mal de altura.
Si empezás desde Kirguistán y cruzás rápidamente la frontera hacia Karakul o Murghab sin haber tenido tiempo para aclimatarte, es probable que sientas los efectos de la altura: dolor de cabeza, cansancio o malestar general. No es para menos, en esa zona se encuentra el punto más alto de la carretera del Pamir, a 4.655 metros sobre el nivel del mar. En cambio, si venís desde Khorog, la subida es mucho más gradual y el cuerpo suele adaptarse mejor al cambio de altitud.
No esperes alojamientos de primer nivel
No esperes hoteles o hostels convencionales. La mayoría de los alojamientos son guesthouses familiares o casas de huéspedes sencillas. Los baños suelen ser casillas de madera en las afueras con un agujero en el piso. No hay duchas, sino baldes con agua caliente.

En ciudades como Khorog, Murghab, Eskhashem, si encontrarás opciones de alojamientos mas cómodas.
Si bien para recorrer la carretera del Pamir no hace falta llevar saco de dormir o equipo de acampar, puede darte mayor flexibilidad por si necesitás improvisar.
Lleva provisiones básicas para tramos largos
En muchos pueblos hay pocas opciones para comprar comida. Lleva snacks, frutos secos, y agua suficiente para los trayectos más largos.

Mapa con el recorrido por la carretera del Pamir y el Valle de Wakhan
Etapas de la carretera Pamir y Wakhan Valley. Mi experiencia recorriendolos por libre
Si bien cada viajero puede armar su propio itinerario para recorrer la carretera Pamir (M41), estos son los tramos más típicos y lógicos para quienes vienen desde Kirguistán y continúan hacia el Valle de Wakhan y Dushanbe, aunque también aplica si querés hacer el camino inverso.
🚩 Sary-Tash: el comienzo
Mi viaje por la cerretara del Pamir comenzó en Sary-Tash, un pequeño pueblo al sur de Kirguistán que funciona como punto de entrada hacia China y Tayikistán (anteriormente ya había estado en Osh y en Sary-Mogul). Hay un par de guesthouses básicas, algunos lugares donde conseguir comida caliente y vistas a la cordillera del Pamir.

Me hospedé en la Guest House Akun, ideal para conocer viajeros que van y vienen atravesando la carretera del Pamir.
Desde el centro del pueblo caminé hasta la bifurcación que va hacia la frontera con Tayikistán (ver ubicación en el mapa), y me paré ahí con el pulgar levantado. El tráfico es mínimo, así que me armé de paciencia. Después de un par de horas, unos chicos belgas que habían alquilado un auto se detuvieron. Iban en dirección a Karakul y me ofrecieron llevarme si colaboraba con algo de dinero para la nafta. Obvio, acepté.

Cruzamos juntos ambos controles fronterizos, el kirguís y el tayiko, que están separados por unos 20 km de no man’s land. En el camino, nos cruzamos con un chico croata que venía caminando con su mochila a cuestas, solo y sin carpa. No daba más. Por suerte los chicos se apiadaron y lo subieron tambien.

🏞 Karakul: el primer contacto con el altiplano
Llegamos a Karakul ya entrada la tarde, después de cruzar el extenso no man’s land y el puesto fronterizo tayiko. El pueblo está ubicado a orillas del impresionante lago Karakul, a casi 4.000 metros de altura. A pesar de estar en septiembre, hacía bastante frío, con ese viento seco de altura que te corta la cara si no estás bien abrigado.

El paisaje es sobrecogedor: el lago de un azul profundo, rodeado de montañas nevadas, todo enmarcado por un silencio inmenso. No hay mucho por hacer mas que caminar por los alrededores. El pueblo en sí parece un lugar fantasma: calles polvorientas, casas de adobe medio derruidas, sin señales claras de vida salvo por unos chicos jugando en la tierra. Casi no se ve gente, no hay tiendas, ni cafés, ni nada que sugiera movimiento.

Me quedé una noche en Homestay Karakul, una de las pocas guesthouses disponibles. La familia, aunque no hablaban ingles, fueron super amables. Las instalaciones son básicas: una habitación fría, cena normal, pero el living muy acogedor y…¡contaban con inodoro en el baño…un lujo!.
🏔 De Karakul a Murghab: el techo de la Pamir Highway
A la mañana siguiente, los chicos belgas con los que venía decidieron seguir viaje por su cuenta. Querían un poco de tranquilidad, así que al croata y a mí nos tocó bajarnos en la salida del pueblo y probar suerte otra vez con el autostop.

Estábamos a casi 4.000 metros de altura, con el aire frío y seco, y la nada total como escenario. Después de una hora de espera sin ver un solo vehículo, vimos acercarse una 4×4. Para nuestra suerte, era un guía con su chofer, que volvían hacia Murghab después de dejar a unos turistas en la frontera. ¡Casualmente los habíamos conocido la noche anterior en la guesthouse! Nos saludaron, nos hicieron lugar, y nos llevaron sin cobrarnos un som.
El tramo entre Karakul y Murghab incluye uno de los puntos más icónicos (y altos) de la carretera del Pamir: el paso Ak-Baital, que con 4.655 metros sobre el nivel del mar es el punto más elevado de toda la M41. La subida es imponente, entre montañas áridas, sin vegetación y con un paisaje que parece de otro planeta. No hay curvas cerradas ni precipicios, pero sí una sensación constante de estar completamente aislado del mundo.

El descenso hacia Murghab no cambia mucho en términos de vegetación: es puro desierto de altura, viento, rocas y cielos infinitos. Pero ya se empieza a ver algo más de movimiento humano: postes de luz, alguna yurta solitaria, animales pastando.
🌬 Murghab: polvo, viento y algo de civilización
Llegar a Murghab después de los primeros días de ruta fue, en cierto modo, reconfortante. Aunque el lugar está lejos de ser pintoresco, ver movimiento humano, un par de tiendas y más de una casa junta ya se sentía como volver en parte a la civilización. Murghab es una ciudad dura: fría, ventosa, polvorienta. No hay árboles, no hay verde. Todo es áspero.

El “centro” del pueblo está formado por contenedores metálicos, dispuestos como un bazar improvisado donde se venden desde snacks hasta repuestos de moto. Aun así, comparado con los pueblos anteriores, la oferta de alojamiento es mucho mayor, con guesthouses para todos los presupuestos (aunque sin lujos, claro).

Me hospedé en la Guest House Aruf, super recomendable. Es muy acogedor y la dueña un amor. Hablaba un poco de ingles, te sirve cena y desayuno e incluso tiene dinero para cambiarte (som kirguis, dolares, euros).
Una de mis primeras tareas fue conseguir una SIM card de Tayikistan. La única compañía disponible era Megafon. No tenía muchas opciones, así que la compré, mostré el pasaporte, y con algo de paciencia logré tener al menos un poco de conexión (cuando el viento lo permite, casi literalmente).

Murghab también es un buen punto para reorganizarse, descansar, comprar provisiones básicas y averiguar cómo seguir el viaje: si vas hacia el Wakhan Valley, es desde acá donde salen (o se improvisan) los taxis compartidos, y también es un lugar lógico para probar suerte con el autostop.

🏞 De Murghab a Langar: el inicio del Valle de Wakhan
Desde Murghab ya tenía en mente tomar rumbo al Valle de Wakhan, y particularmente llegar a Langar, el primer gran pueblo de esa zona llegando del este. Aunque en el centro de la ciudad hay algunos conductores ofreciendo taxis compartidos (no muy baratos), decidí probar suerte un rato haciendo dedo.
Estuve un tiempo esperando sin demasiada esperanza, ya que la mayoría de camiones que vienen de China, van derecho por la carretera Pamir hasta Khorog (no van por Wakhan Valley), y los 4×4 que llevan turistas suelen ir completos.

Luego de un rato esperando, se me acercó un local: me dijo que iba a estar llevando a parte de su familia a Langar, y que podía llevarme si colaboraba con 200 somoni (USD 20 aprox.). Lo pensé y finalmente acepté: es un tramo largo, con caminos difíciles, no se ve pasar demasiada gente y los taxis salían mas caro.
El viaje fue interminable. Tardamos casi 12 horas en recorrer el trayecto. Se pasa por pueblos como Alichur o lagos impresionantes como Sasykkul, todos paisajes solitarios.

Entre las curvas, los badenes, los tramos de ripio y alguna que otra parada técnica, avanzábamos lento pero constante… hasta que el auto se paró por completo y estuvimos casi dos horas varados en medio de la nada. Nadie se quejó. Las mujeres, niños y yo, nos bajamos y nos pusimos a empujar el jeep para que vuelva a arrancar. Por suerte, así fue.
Llegamos a Langar de noche, cansados pero enteros. Para mi sorpresa, esa misma familia me ofreció quedarme a dormir en su casa y compartir la cena con ellos. Fue uno de esos gestos que te enseñan cuanta hospitalidad puede haber en estos lugares tan remotos. Yo igual les pague por las noches que me quedé y la comida. No porque me lo pidieran, sino porque lo sentí justo.
🌄 Langar y sus alrededores: caminatas, ruinas y vida pamirí
Ya dentro del Valle de Wakhan la cosa cambia: más verde, más vida, otro clima. El Wakhan empezaba a mostrar su cara mas bella y amable.

Me quedé dos noches en Langar. Es un pueblo tranquilo, rodeado de montañas y campos de cultivo, donde la vida sigue un ritmo lento y amable.
Uno de los atractivos más mencionados en la zona son los petroglifos tallados en las piedras de una ladera cercana. Fui a verlos por curiosidad, pero sinceramente me decepcionaron. Están bastante vandalizados y mal señalizados, y cuesta conectar con su valor histórico en el estado en que están. No los recomendaría como algo imperdible.
Caminata por los pueblos Hisor y Zong
En cambio, lo que sí valió mucho la pena fue salir a caminar por los alrededores. Hice una caminata hermosa hasta los pueblos cercanos de Hisor y Zong, que están a un par de horas a pie, dependiendo del ritmo.

En Zong hay ruinas de una fortaleza antigua, apenas distinguible entre las piedras y el terreno, pero lo impresionante no son las ruinas en sí, sino las vistas panorámicas al valle que tenés desde ahí.

Todo el recorrido es precioso: senderos entre cultivos, árboles frutales, canales de riego, y gente local que te saluda o se te acerca a charlar con una sonrisa, aunque sea con señas o alguna palabra en inglés.
Es un tramo ideal para caminar sin prisa, observar y dejar que el Wakhan te muestre su lado más cotidiano y auténtico.

🛻 De Langar a Darshai, pasando por el imponente fuerte de Yamchun
Después de dos noches en Langar, me puse nuevamente al costado del camino con el pulgar en alto. Esperé unas dos horas. Como es habitual en el Wakhan, no pasan muchos autos, y los pocos que pasaban me querían cobrar bastante caro por llevarme solo unos kilómetros.
Finalmente, la suerte se puso de mi lado. Pasó Tino, un alemán que viajaba solo en su propia camper, y me levantó con toda la onda. Me ofreció compartir el día de ruta, así que seguimos juntos hacia uno de los puntos más emblemáticos del valle: el Fuerte de Yamchun.

Fuerte de Yamchun dentro de Wakhan Valley
Ubicado en lo alto de una colina con vistas increíbles al Valle de Wakhan y las montañas afganas del Hindu Kush, el Fuerte de Yamchun es una de las fortificaciones mejor conservadas de la región. Data de la época de la Ruta de la Seda y probablemente fue usado para vigilar el paso de caravanas y defender el valle. Aún se pueden ver murallas, torres circulares y la estructura general del fuerte, todo construido en piedra, resistiendo siglos de viento y soledad. La vista desde ahí también es impresionante.

Termas de Bibi Fatima
Aunque no llegué a visitarlas, muchos viajeros me hablaron maravillas de las termas de Bibi Fatima, ubicadas en las montañas cerca de Yamchun. Dicen que, más allá del agua caliente en sí, lo que realmente impacta es el entorno. Son termas naturales, sencillas, pero con mucha mística local. Se las considera también un sitio sagrado, especialmente entre las mujeres, y hay horarios separados por género para ingresar. Sin duda, quedan pendientes para una próxima vuelta por el Pamir.
Después de un buen rato explorando y sacando fotos, seguimos viaje y paramos a dormir en el pueblo de Darshai. Nos hospedamos en una casa de familia, una de esas que funcionan como guesthouse informal. Pagamos por la estadía, como es costumbre, pero la hospitalidad nuevamente fue de esas que no se olvidan: cena casera, té caliente, y sonrisas auténticas.

🏯 De Darshai a Ishkashim: ruinas, cañones y vuelta a la civilización
A la mañana siguiente, Tino y yo decidimos explorar un poco más de Darshai antes de continuar. Subimos hasta las ruinas de otro fuerte antiguo que se encuentra en el mismo pueblo, aunque en este caso queda muy poco en pie. Son solo restos de murallas y piedras sueltas, y hay que echarle bastante imaginación para visualizar cómo era en su época de esplendor. Aun así, vale la pena por la vista y el paseo en sí.
Después hicimos un pequeño trekking al cañón que desemboca en el pueblo, muy estrecho y con paredes altas. Según nos contaron, más adelante hay unas termas naturales, pero después de caminar un rato y ver que las vistas no eran especialmente impresionantes, decidimos dar la vuelta y seguir viaje.

Seguimos hacia Ishkashim (también escrito Eshkashem). El pueblo es más grande y animado que los que veníamos viendo en el valle. Hay algunos restaurantes, pequeñas cafeterías, negocios, e incluso una oferta (mínima) de albergues y guesthouses donde dormir con cierta comodidad. Después de varios días de caminos polvorientos y pueblos pequeños, Ishkashim se siente como un salto a otro nivel.

Es también un punto estratégico: muchos viajeros vienen desde Khorog hasta acá solo para recorrer parte del Wakhan, y es donde algunos optan por terminar o empezar su travesía por el valle.
Me hospedé en Hanis Guesthouse, muy frecuentado por los viajeros que empiezan o terminan el recorrido por Wakhan Valley.
🛍 El mercado afgano y el último tramo hacia Khorog
Antes de seguir rumbo a Khorog, aproveché para visitar uno de los lugares más singulares de la región: el mercado afgano, que se instala una vez por semana a unos pocos kilómetros de Ishkashim. La experiencia me encantó.

El mercado tiene una particularidad: se ubica sobre un pequeño islote en el medio del río Panj, justo en la frontera natural entre Tayikistán y Afganistán. Aunque la seguridad del lugar está a cargo del ejército tayiko, todos los vendedores son afganos, que cruzan especialmente ese día para comerciar con los tayikos. Es uno de esos pocos momentos en los que se puede tener contacto directo con el lado afgano sin salir oficialmente del país.

Hablé con varios de ellos, algunos hablaban buen inglés y se mostraban muy curiosos por mi presencia, fue una charla que no me esperaba y me sorprendió. Vendían de todo: alfombras, piedras semipreciosas, artesanías, ropa, verduras, dátiles, té, utensilios… El ambiente era tranquilo pero con mucho movimiento y lleno de colores y aromas distintos. Una experiencia auténtica, que recomiendo totalmente si coincidís con el día en que se realiza.

Después del mercado, intenté seguir con el autostop hacia Khorog, pero nuevamente fue complicado encontrarlo gratis: había más movimiento de autos, sí, pero todos querían cobrarme. Nada fuera de lo normal, así que decidí subirme a un taxi compartido que salía con otros locales.
El trayecto hacia Khorog es hermoso. La ruta sigue bordeando el río Panj, con Afganistán a solo unos metros del otro lado, y el paisaje va cambiando sutilmente: más vegetación, más pueblos, más señales de vida. Podés ver aldeas afganas a pocos metros, cruzadas por burros y motos, con niños saludando desde la otra orilla.
Después de tres horas de viaje, llegué a Khorog, esa gran ciudad que marca el fin del Wakhan Valley y el inicio de otro ritmo.

🏙 Khorog: descanso, río y vuelta a la civilización
Llegar a Khorog después de recorrer el Wakhan Valley y la parte oriental del Pamir, fue casi como volver al mundo moderno. La ciudad tiene ese aire de oasis urbano: no es grande ni caótica, pero después de días de caminos polvorientos y pueblos mínimos, sentís que hay de todo.
Ubicada a orillas del río Gunt, que cruza la ciudad y desemboca en el Panj, Khorog tiene calles arboladas, cafeterías, mercados, buses, semaforos, bares, cajeros automáticos, alojamiento para todos los gustos y un ambiente universitario gracias a la presencia de la Universidad del Ágakhan. La ciudad respira otro ritmo: con una mezcla de jóvenes estudiantes, locales amables y viajeros recuperando energías.

Para quienes vienen de hacer la Pamir Highway por libre, Khorog es ideal para quedarse un par de días a descansar. Hay senderos para caminar por las colinas cercanas, vistas panorámicas, y un jardín botánico ubicado en lo alto de una montaña, desde donde se ve toda la ciudad. Es un buen lugar para bajar el ritmo, lavar ropa, conectarse a internet decentemente, y comer algo distinto a pan con té.

Al igual que en Ishkashim, hay un mercado afgano que se organiza un par de veces por semana, donde comerciantes del otro lado del río cruzan para vender sus productos. Si no pudiste visitar el de Eshkashem, este es una excelente oportunidad para vivir esa experiencia de cruce cultural.
Después de tantos kilómetros, polvo, viento y altura, Khorog se siente como una recompensa merecida. Una ciudad en medio de montañas, con alma tranquila y suficientes comodidades como para no querer irse tan rápido.

Me hospedé en el hostel Welcome Inn, si un hostel con todas las letras. Lleno de viajeros que terminan o empiezan el recorrido por la carretera del Pamir, es un lugar ideal para organizarse, descansar y conversar con los demás aventureros.
🚐 Rumbo a Rushon: una última parada antes de despedirme del Pamir
Si bien me hubiera gustado quedarme más tiempo en Khorog, al día siguiente tuve un reencuentro con Tino, el alemán de la camper. Coordinamos para seguir juntos un poco más, así que nos subimos nuevamente a su vehículo y pusimos rumbo a Rushon.

Rushon es un pueblo relativamente cercano a Khorog, más pequeño y tranquilo, pero con una ubicación estratégica para acceder al Valle de Jizev, donde se puede hacer uno de los trekkings más recomendados de la zona.
Me hospedé en Rushon Inn Guesthouse, otra casa de familia muy acogedora. Con buena infraestructura y una señora muy amorosa que te prepara la comida.
🚖 De Rushon a Dusambé: el tramo final (y eterno)
Después de una última noche en Rushon, me despedí definitivamente de Tino y su camper. Volví a intentar hacer dedo rumbo a Dusambé, pero en esta parte del trayecto, el tráfico está dominado por taxis compartidos o camiones que demoran una eternidad. No había mucha opción para elegir, así que terminé aceptando compartir un taxi con los locales.
Me costó 400 somoni (unos 40 USD), y fue un viaje interminable: salimos a las 9 de la mañana y llegamos a Dusambé a eso de las 6 am. del día siguiente… 21 horas en total.
El camino fue una combinación de todo lo que puede hacerte dudar de tus decisiones viajeras: taxi lleno hasta el techo, rutas de tierra, cornisas sin baranda, obras en construcción que frenaban el paso durante horas, y camiones lentos que había que adelantar como se pueda, entre piedras y polvo.
China esta invirtiendo mucho en mejorar esta parte de la carretera Pamir, con la construcción de túneles y asfaltar partes de tierra. La idea a futuro es reducir considerablemente el tiempo que conlleva transitar este difícil tramo.

Finalmente, llegar a Dusambé fue un alivio y un placer. Volver a una ciudad grande, con asfalto, calles iluminadas, comida variada y algo de comodidad, se sintió como una recompensa merecida. No se si fue por eso o que, pero los días que pasé en la capital de Tayikistán fueron realmente placenteros.
Presupuesto para viajar por la carretera del Pamir y el valle de Wakhan por libre
Recorrer la carretera del Pamir y el valle de Wakhan puede ser muy costoso o bastante económico, según como la transites.
Estos fueron mis gastos promedio y estimados para los 8 días que estuve visitando esta región de Tayikistán, mezclando autostop y taxis compartidos:
- Permisos GBAO y Permiso Frontera de Kirguistán: USD 65
- Alojamientos: USD 120 (USD 15 por noche promedio)
- Comida: USD 40 por snaks y algunas comidas, en general la cena y desayuno están incluidos en las casa de familia (salvo en Khorog y Eshkashem)
- Transporte:
- Taxi Murghab – Langar: USD 20
- Taxi Eshkashem – Khorog : USD 7
- Taxi Khorog – Dusambé: USD 40
Total gastos estimados para 8 días: USD 292
Obviamente este numero puede variar para cada uno, pero sirve para hacerse una idea general de cuanto se puede llegar a gastar mezclando autostop con taxis compartidos.
Video con imágenes de la travesía por la carretera Pamir y el Valle de Wakhan
🌄 Reflexión final: recorrer el Pamir por libre, una experiencia que vale cada kilómetro
Atravesar la carretera del Pamir y el Valle de Wakhan por mi cuenta fue, sin dudas, una de las experiencias más intensas y memorables que viví viajando. Optar por hacerlo sin tour, sin reservas, sin certezas, me permitió conectar de otra forma con el camino, con la gente, con el tiempo y conmigo mismo.
Hubo momentos en los que me hubiese encantado quedarme más tiempo en algunos lugares, como Khorog, o haber parado en más pueblos del Wakhan para vivir más de cerca su día a día. Pero como me había acoplado a Tino y su camper, terminé ajustándome por momentos un poco a su ritmo, lo cual también estuvo bien: compartir el viaje con otro viajero siempre aporta nuevas perspectivas.

Eso sí: hay que ir con paciencia. Los tiempos son otros, los autos no pasan tan seguido, y los caminos son duros. Te vas a llenar de polvo, vas a esperar, a negociar, a improvisar. Pero a cambio, vas a tener delante paisajes que parecen de otro planeta, pueblos donde parece que el tiempo se detuvo, personas hospitalarias que te invitan a su casa sin conocerte, y esa sensación única de estar cruzando un rincón del mundo que muy pocos pisan.
No es un viaje fácil. Pero sí uno que recomiendo profundamente. Porque lo que se vive en el Pamir no entra en las fotos. Hay que estar ahí. Respirarlo. Caminarlo. Esperarlo.
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