Viajar a Mongolia en julio significa encontrarse con uno de los eventos culturales más importantes del país: el festival Naadam. Aunque el más famoso se celebra en Ulán Bator, cada pueblo organiza su propia versión, manteniendo la esencia de una tradición que combina deporte, historia y orgullo nacional. El Naadam es mucho más que un festival: es una ventana a la identidad nómada, donde se reúnen familias, jinetes y luchadores para celebrar “los tres juegos viriles”: lucha mongola, carreras de caballos y tiro con arco.
Tuve la suerte de vivirlo en un pequeño pueblo al sur de Mongolia, lejos de las multitudes y el turismo masivo de la capital. Esa escala más íntima hizo que la experiencia fuera todavía más auténtica: los vecinos llegaban desde las estepas en motos o caballos, se armaban puestos de comida sencilla y el ambiente era de pura fiesta local. Ver a niños compitiendo en carreras de caballos y a luchadores rodeados de cantos y gritos de apoyo fue una de esas experiencias viajeras que te conectan de lleno con la cultura del lugar.


Indice de Contenido
¿Qué es el Naadam?
El Naadam es el festival más tradicional de Mongolia, que celebra la cultura nómada y la historia del país a través de competencias deportivas y espectáculos. Se centra en los llamados “tres juegos viriles”, que representan habilidades históricamente esenciales para los guerreros y pastores mongoles:
Lucha mongola (Bökh)
La lucha es el deporte nacional y la disciplina más simbólica del festival. Los competidores, compiten en un tatami al aire libre, con vestimenta tradicional que deja los brazos y hombros libres. No tienen categorías de peso y se enfrentan en rondas eliminatorias hasta coronar a un campeón. El objetivo es derribar al oponente al suelo.

Cada lucha está rodeada de rituales y simbolismos: antes de empezar, los luchadores realizan el saludo ceremonial llamado “deel”, un baile que representa respeto a sus oponentes y a los espíritus de la naturaleza. Los trajes tradicionales, llamados zodog (chaqueta roja) y shuudag (pantalones cortos), son parte esencial de la ceremonia.
Carreras de caballos
Las carreras son otro de los elementos más espectaculares del Naadam, especialmente en las zonas rurales donde los jinetes son niños y adolescentes, algunos de apenas 7 años.
Estas competencias recorren varios kilómetros en terrenos abiertos, y cada caballo representa no solo al jinete, sino a la comunidad que lo cría. No se trata de velocidad extrema sino de resistencia y habilidad para manejar los caballos, que son fundamentales en la vida nómada.

Antes de la carrera, los jinetes realizan rituales de buena suerte y los espectadores suelen animar con cantos tradicionales y tambores.
Tiro con arco
El tiro con arco, originalmente una práctica militar, mantiene vivas las habilidades tradicionales de caza y defensa. Los arqueros usan arcos largos y flechas que deben alcanzar objetivos a decenas de metros.
La competencia combina técnica, concentración y tradición: los arqueros visten trajes típicos y participan en ceremonias que incluyen cantos y bendiciones para asegurar precisión y suerte, transmitiendo así la conexión entre deporte y cultura ancestral.

Estas tres disciplinas no solo son competencias, sino un reflejo de la identidad y la historia de Mongolia, transmitidas de generación en generación y celebradas con música, baile y rituales que enriquecen la experiencia del Naadam.

Cuándo se celebra el Naadam
El Naadam se celebra cada año del 11 al 13 de julio, coincidiendo con la época más cálida de Mongolia, lo que permite disfrutar de los eventos al aire libre. Aunque la fecha oficial es la misma en todo el país, los festivales en pueblos pequeños pueden ajustarse algunos días antes o después para adaptarse a la comunidad local y la logística.
Durante estos días, las estepas y plazas se llenan de competidores, espectadores y visitantes, creando un ambiente festivo y colorido que combina deporte, tradiciones y vida comunitaria. Además de las competencias principales, suelen organizarse actividades culturales y ferias con comida típica y artesanías.
Dónde se celebra en Ulán Bator y cuánto cuesta
En la capital, el Naadam se celebra principalmente en el estadio nacional de Ulan Bator y en algunas plazas y espacios públicos grandes donde se montan los eventos y competencias. Es aquí donde se concentran la mayoría de los turistas y espectadores que quieren vivir la experiencia del festival en su versión más grande y oficial.

El precio de la entrada varía según el tipo de evento y la ubicación de los asientos:
- El precio de las entradas para la ceremonia de apertura del Festival Naadam, especialmente para la tribuna turística, suelen ser costosas, entre 50 y 100 USD.
- Los tickets para las competencias principales de lucha, tiro con arco y carreras de caballos, suelen costar entre 10 y 20 USD, mientras que el acceso a áreas generales o ver desde fuera del estadio puede ser gratuito o mucho más económico.
- Las entradas suelen estar disponibles una semana antes del festival y se pueden adquirir a través de operadores turísticos en Mongolia o en las taquillas durante esa semana.
Naadam en los pueblos del interior
Si bien el gran Naadam en Ulán Bator concentra la atención de viajeros y locales, en los pueblos del interior la experiencia es mucho más cercana y auténtica. Allí, los juegos se celebran en campos abiertos, sin gradas ni multitudes, lo que permite a los visitantes estar prácticamente al lado de los luchadores, los caballos y los arqueros.

Además, a diferencia del estadio de la capital, en estos pueblos la entrada es totalmente gratuita y el ambiente es más comunitario, con familias enteras participando, compartiendo comida y disfrutando de las tradiciones.
Ver un Naadam rural es una oportunidad única para sentir de primera mano la hospitalidad mongola, hablar con la gente local y vivir el festival no como espectador distante, sino como parte de la celebración.


Mi experiencia en un Naadam rural
Cuando estaba en Dalanzadgad, había terminado mi tour por el desierto del Gobi y me contaron que en el pueblo cercano de Bayandalai se celebraba el Naadam. Sin dudarlo, le pedí que me llevaran hasta allí para no perderme la oportunidad de verlo.
El festival se organizaba en las afueras del pueblo, en un campo abierto donde habían instalado unas gradas simples, todo con un aire mucho más humilde que el espectáculo que suele darse en Ulán Bator.

Ceremonia de apertura
La ceremonia de apertura fue breve pero cargada de tradición, y lo que más me gustó es que todo era 100% local: familias del pueblo, competidores jóvenes y mayores, y un ambiente comunitario en el que era fácil sentirse parte. No había distancia entre turistas y participantes, y esa cercanía me permitió disfrutar de una de las experiencias más genuinas de mi paso por Mongolia.

A los luchadores los tenía literalmente al lado mío, podía ver cada movimiento y los gestos de concentración entre combate y combate. Cuando había una pausa, solo tenia que caminar unos metros y ya estaba frente a los arqueros.
Para mi sorpresa noté que no solo participaban hombres, también vi a varias mujeres compitiendo con gran destreza, rompiendo mi idea de que eran juegos exclusivamente masculinos.

El momento más épico llegó cuando una tormenta de arena se levantó en medio de las competencias. El viento soplaba con fuerza, la visibilidad bajaba, pero los luchadores seguían en pie, sin detenerse, como si el clima fuera parte misma del desafío. Esa mezcla de tradición y resistencia convirtió la jornada en una de las experiencias más memorables de todo mi viaje por Mongolia.

El cierre de mi experiencia en el Naadam rural
La tormenta terminó siendo tan fuerte que pausaron la competencia, y ahí fue cuando me encontré con un pequeño problema. Tenía que volver a Dalanzadgad, pero el conductor que me había llevado ya se había marchado. No quedaba otra que intentar hacer autostop en medio de la estepa.

Pasaron unos 20 minutos hasta que una camioneta se detuvo y me levantó, sin pedirme nada a cambio, un gesto totalmente desinteresado que se contrapone con lo que me había pasado en Moron camino a Khatgal, donde me levantaron pero pidiéndome dinero al final.
Video resumen con el festival Naadam en el interior de Mongolia
Reflexiones de asistir al Naadam en un pueblo de Mongolia
Me encantó haber podido vivir el Naadam desde otro punto de vista. No digo que sea mejor ni peor que verlo en Ulán Bator: allá está la espectacularidad y el show, mientras que en un pueblo del interior la experiencia es mucho más local, auténtica y tradicional. Fue especial estar tan cerca de los luchadores, de los arqueros y de la gente del lugar, compartiendo un ambiente muy distinto al de un gran estadio.
Eso sí, también hay que ser realista: después de varias horas los juegos pueden volverse un poco repetitivos y llegar a cansar. Aun así, creo que vale mucho la pena presenciar el Naadam en su forma más sencilla, porque te da una mirada diferente de Mongolia y de sus tradiciones más profundas.
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