Después de varios días intensos de trekking por los alrededores de Karakol, necesitaba un lugar donde bajar un cambio, descansar el cuerpo y simplemente disfrutar del ritmo tranquilo del lago Issyk-Kul. Tosor fue la elección perfecta: un pequeño pueblo costero sin pretensiones, con un aire relajado y una buena dosis de silencio, ideal para recuperar energía.
Pero como quedarse quieto del todo no es lo mío, aproveché la cercanía para hacer una escapada a uno de los paisajes más surrealistas del este de Kirguistán: el Skazka Canyon, también conocido como Fairy Tale Canyon. Formaciones rocosas de colores intensos, figuras caprichosas esculpidas por el viento y el tiempo, y vistas increíbles del lago hicieron que este rincón se convirtiera en uno de los grandes hallazgos del viaje.


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Dónde queda Tosor y cómo llegar desde Karakol
Tosor es un pequeño pueblo ubicado en la orilla sur del lago Issyk-Kul, aproximadamente a 130 km al oeste de Karakol. Es un destino ideal si estás buscando un lugar más tranquilo y local, alejado del turismo masivo que suele concentrarse en Cholpon-Ata (en la costa norte del lago) o en las zonas más urbanizadas del lago.
La forma más sencilla de llegar desde Karakol es en mashrutka o en taxi compartido. Las mashrutkas suelen salir desde la estación de buses de Karakol y van en dirección a Balykchy, haciendo paradas intermedias en pueblos como Tosor. El trayecto puede llevar entre 2,5 y 3 horas, dependiendo de las paradas y el tráfico, y el precio es bastante accesible.
Una vez en Tosor, prácticamente todo queda cerca. El lago está a un paso, y si pensás visitar el Fairy Tale Canyon, hay un par de opciones para moverte que te cuento más abajo.
Como es Tosor
Tosor es un pueblo pequeño y bastante tranquilo, ideal si lo que buscás es una pausa en tu viaje por Kirguistán. No esperes una gran infraestructura turística: el pueblo cuenta con uno o dos pequeños supermercados y algunos almacenes básicos, nada mas. La mayoría de los alojamientos son guesthouses familiares o cabañas gestionadas por locales.
Lo que hace atractivo a Tosor es su ubicación privilegiada frente al lago Issyk-Kul. La playa está a muy poca distancia a pie desde el centro del pueblo, y aunque en verano puede haber algo de movimiento (especialmente de locales que vienen a pasar el día o el fin de semana), sigue siendo un lugar bastante relajado. La costa es extensa y permite caminar hacia zonas más solitarias, ideales para leer, bañarse en el lago o simplemente descansar con vista a las montañas de alrededor.

Es una de esas paradas que quizás no parecen nada del otro mundo en el mapa, pero que terminan siendo un buen respiro después de días intensos de trekking o ruta.
Dónde dormir en Tosor
La oferta de alojamiento en Tosor es muy limitada, y en plataformas como Booking casi no aparecen opciones. La mejor manera de encontrar un lugar donde dormir es buscar directamente en Google Maps o simplemente llegar al pueblo y preguntar, aunque esto último puede ser un poco arriesgado si viajás en temporada alta.
Yo me hospedé en la “Guest House Rabiya“, una grata sorpresa. Es una casa familiar donde construyeron unos departamentos cómodos, limpios y con precios accesibles, ideales para descansar después de varios días de trekking. Además, están ubicados a pocos minutos caminando de la playa, lo cual lo hace aún más conveniente si tu idea es pasar unos días relajados a orillas del Issyk-Kul.
La familia que lo gestiona fue muy amable durante toda mi estancia, y aunque no hablan inglés, la comunicación básica fue suficiente. Si buscás un lugar sencillo pero cómodo para desconectar, este tipo de alojamiento local es una gran opción.
Qué hacer en Tosor
Tosor es ideal para bajar el ritmo y descansar después de días más exigentes de viaje. Su principal atractivo es la larga costa del lago Issyk-Kul, donde podés pasar el día simplemente descansando, leyendo, nadando o caminando por la playa hasta alejarte de cualquier ruido. No hay multitudes, aunque en temporada alta algunos viajeros locales se acercan, sobre todo los fines de semana.

Cerca del pueblo, camino a Tamga, también se encuentra un monumento peculiar: un avión ruso montado sobre una estructura. No es una atracción turística en sí, pero resulta interesante como postal inesperada en medio del paisaje kirguís.

Y si tenés ganas de salir a explorar un poco más, desde Tosor es fácil visitar el Fairy Tale Canyon (Skazka Canyon), uno de los lugares más fotogénicos de la zona. Está a unos 10-12 km al este del pueblo, y se puede llegar en taxi, auto o haciendo dedo. Las formaciones rocosas rojizas con formas fantásticas hacen honor a su nombre y ofrecen un paseo corto pero muy pintoresco, especialmente al atardecer.


Como ir a Fairy Tale (Skazka) Canyon
Desde Tosor, el Fairy Tale Canyon, o Cañón de los Cuentos de Hadas, está a solo unos 7 km por la carretera hacia Bokonbaevo. Si no tenés auto, podés hacer dedo o esperar una marshrutka que viene de Karakol; muchos autos se detienen y el costo aproximado por persona es de 100 a 150 som.
Cuando llegás al desvío señalizado, tenés que caminar unos 2 km por un camino de ripio ligeramente ascendente, o bien hacer autostop breve para ahorrar energía. El sendero va desde el parking hasta la entrada del cañón, donde se paga una entrada de alrededor de 50 som por persona.

Una vez dentro, el recorrido es una caminata circular de 1–2 km, con un desnivel muy moderado (~40 m), ideal para todos los niveles. En una hora ya tenés cubierto lo más icónico, pero si querés tomarte tu tiempo, explorar rincones escondidos y subir a un mirador con vistas al Issyk-Kul, podés quedarte hasta 2 o 3 horas fácilmente.
Qué vas a ver en Skazka Canyon
Fairy Tale Canyon es un paisaje surrealista formado por milenios de erosión. Encontrarás formaciones semejantes a un dragón dormido, castillos, serpientes o incluso una replica en miniatura de la Gran Muralla China. Las rocas exhiben tonos rojos, naranjas y ocres que cambian según la luz, especialmente al atardecer o la mañana. Hay pasadizos, crestas e incluso un tramo conocido como la “espina del dragón” que sobresale con formas afiladas y pronunciadas.

A medida que caminás por el cañón, el entorno cambia: desde pequeños valles angostos hasta cerros abiertos desde donde se ve el lago y las montañas al fondo.
Tip práctico y cuánto tiempo dedicarle
- Caminata total (ida y vuelta desde parking): unos 4 km redondos, que podés hacer en 30–40 minutos si vas justo.
- Tiempo de exploración: entre 1 y 3 horas para recorrer con calma y tomar fotos.
- Llevá protección solar y agua: el entorno es árido y el sol pega fuerte, incluso en días templados.
- El lugar es ideal para una escapada rápida desde Tosor, como excursión de medio día.

Cómo volver desde Fairy Tale Canyon a Tosor
Una vez terminada la visita al cañón, toca regresar a Tosor. Si estás sin vehículo propio, las opciones son limitadas: no hay transporte público directo, así que te quedan dos caminos posibles.
Uno es volver caminando, aunque hay varios kilómetros por una ruta de tierra sin sombra ni mucho atractivo, lo que puede hacerse algo pesado.
La otra, mucho más recomendada, es hacer dedo. En esta zona es común que los autos paren y la gente local suele ser muy amable con los viajeros. En mi caso, no pasaron más de cinco minutos hasta que un auto se detuvo y me llevó de regreso sin problemas.

Conexiones desde Tosor: Karakol, Balykchy y Kochkor
Tosor, pese a ser un pueblo chico, está bien ubicado sobre la ruta principal que bordea el lago Issyk-Kul. Desde ahí, podés esperar a la vera del camino por alguna mashrutka que pase en dirección a Karakol o Balykchy. No hay un horario fijo, pero con algo de paciencia suelen pasar varias durante el día.
Yo tomé una mashrutka rumbo a Balykchy, y desde allí conecté con otro transporte para llegar a Kochkor, la ciudad base para seguir explorando otras zonas del país como Song-Kul. Es una ruta muy común entre mochileros, así que no es raro cruzarte con otros viajeros en el trayecto.

Reflexiones finales: ¿vale la pena visitar Tosor y Fairy Canyon?
Fairy Canyon es sin dudas un rincón curioso y pintoresco. Las formaciones rojizas, los senderos entre pasadizos estrechos y los miradores con vista al lago lo hacen visualmente atractivo. Pero también es cierto que el área accesible no es muy extensa, y si estás viajando desde lejos solo para esto, quizás se quede un poco corto.

Tosor lo recomiendo más como una pausa. Es ideal si venís de un trekking exigente o simplemente querés unos días de descanso a orillas del Issyk-Kul. No hay mucho más que hacer, pero su tranquilidad, el sonido del agua y la posibilidad de caminar por la costa lo convierten en un buen lugar para recargar energías antes de seguir viaje.